Nerea Vázquez es una disfrutona del verano asturiano. CAROLINA SANTOS

«Yo es que escancio muy malamente, tra, tra»

Nerea Vázquez quiere playa, ensalada, tacón y bailoteo: «Pa mí les perres son papel, lo que me gusta es compartir»

M. F. ANTUÑA

GIJÓN.

Jueves, 29 de julio 2021, 02:03

Anda estos días viralizada al cuento y al canto del 'Tú me dejaste de escanciar', que la ha unico a C. Magaya, esta actriz que canta, que baila, que no se la pierdan y que es un torbellino vital y visual, que se atreve con ... todo y no se corta con nada. Nerea Vázquez, 31 años, vende fantasía, imagen, fiesta y suelta ocho titulares al minuto. El primero, para la sidra: «Yo escancio muy malamente, tra, tra», ríe. Y se explica: «Escancio fatal, pero como no me da vergüeza nada, escancio lo que haga falta, pero prefiero que me escancien a escanciar».

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Pero ahí donde la ven alentando a la fiesta, se casó con 22, fue madre con 25 y no se pilló su primera cogorza hasta los 29. Un poco al revés, así que no tuvo veranos destroyers, pero no cierra la puertas: «Yo creo que voy a tenerlos cuando me jubile». Pero, de momento, el verano es lo que es: «Es fiesta, aunque yo intento que sea fiesta todo el año, la luz y la gente con menos ropa son importantes».

El verano es mucho trabajo en términos generales pero este es distinto. Ha parado de dar clases en la UP, de grabar programas para la TPA, no tiene demasiados bolos y sí planes de descanso en Tarragona y Cádiz. «A veces creo que tengo prisa por vivir y este año me dije 'no, relájate, tómatelo con tranquilidad'». En esas anda y aunque el tiempo y la covid no colaboran a hacerlo realidad, sabe a ciencia cierta cuál es su planazo perfecto para estos meses: «Ir a la playa con una ensalada y fruta, bañarme, llegar agotada a casa, pegarme una ducha, poner mucho aftersoon, subirme a unos tacones e ir a bailar toda la noche».

Le gusta viajar. E improvisar. El mal de amores de un amigo se cura -o más bien se curó- con un viaje a Oporto. Porque la vida es para vivirla sin miedos, aunque ella confiesa que los suyos son mucho más de los que aparenta o maquilla a golpe de desparpajo. Cuba está en la lista de viajes pendientes para esta mujer incapaz de hacer una maleta pequeña. «Eso se me da fatal, la hago, desahago, digo 'Nerea quita coses que no lo vas a usar', voy con el difusor para el pelo, la crema, saco y meto, pienso que voy a necesitar mil cosas y al final pongo lo de siempre. Ahí no aprendo. En eso y en ser impuntual, en otras sí he aprendido, como a controlar mi carácter, porque soy un torbellino de emociones», confiesa.

Sus veranos de infancia son familiares, gallegos, bañándose en el río Miño con los primos y de fiestas de prao. Y en Gijón, más romerías, de Granda a Somió iba con sus padres esta mujer que creció escuchando a Camela: «Eso te marca, deja huella, yo creo que el primer concierto al que fui en mi vida fue uno de Camela con mi madre, pero íbamos a todo, a los conciertos, a los Fuegos... Por eso me vienen las prisas, llega el verano y quiero hacerlo todo, porque nuestro verano es muy disfrutón y muy guapo». Dicho de otra forma: «En casa el techu cae». Así que para la calle siempre, sin grandes lujos, sin bugre a la plancha - «que si me lo ponen lo disfruto»-, pero con gente. «A mí me vale cualquier cosa, lo que soy es muy de compartir, de que vengan a mi casa, de celebrar, de estar juntos, les perres pa mí son papel».

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