El escabroso crimen de Villalbilla: un asturiano detenido tras hallar a su mujer muerta en un zulo

Pareciera la escena de un crimen sacado de una novela, la que podría haber escrito César González Suárez -ahora se hace llamar por su segundo apellido tras quitarse el primero- un hombre de 65 años, asturiano y de Mieres, de donde se fue a finales de los años 60 y principios de los 70, experto en medicina alternativa y escritor, y al que acusan de haber inducido al suicidio a su mujer Raquel, de 54 años, a la que sus vecinos tachaban de «triste y apagadita».

El cuerpo de la mujer fue hallado en un zulo sin ventanas -donde aseguran dormía de vez en cuando debido a su aprensión- en la localidad madrileña de Villalbilla, de unos 13.000 habitantes, rodeado de pastillas y con espuma en la boca algo que en un primer momento parecía indicar un posible suicidio de no ser porque el 31 de agosto su marido denunció ante la policía la desaparición de su esposa que, según comentó, salió de casa para visitar a sus padres en Griñón, a unos 75 kilómetros de la vivienda marital. Al no regresar se preocupó y se presenció en el cuartel, pero su versión contaba con tantas incongruencias en el relato que hizo saltar las alarmas y que los agentes sospecharan de él desde el primer momento.

Los vecinos declaraban que semejante atrocidad les resultaba extraña, aunque la actitud de ambos siempre les pareció rara y hermética: «No nos lo podemos creer. ¡Qué mal cuerpo! Se les veía pasear juntos por las calles. Él siempre llevaba una bolsa de plástico en la mano y una especie de rosario, pero como budista. Cuando caminaba siempre iba murmurando, como si fuera rezando», declaraba Natividad, vecina de Villalbilla, según recoge el periódico 'El Español'. «Ella me parecía normal, saludaba y sonreía, pero no hablaba demasiado; su trato era sólo de 'hola y adiós'. Alguna vez se dejaban la puerta abierta de su casa y les buscaba para avisarlos, pero más allá de eso no se relacionaban mucho», decía.

César era escritor para la editorial Amatista, además de jefe de almacén en la cadena Hot Depot y habían comprado la casa justo después de la pandemia. Para sus publicaciones, usaba un seudónimo. Se hacía llamar Ramaathis-Mam y firmó ensayos como 'Diálogos con el tiempo', 'El lenguaje mágico de la vida' o 'Revelaciones extraterrestres'. Según su LinkedIn, era experto en terapias alternativas y había cursado un máster en Medicina Natural en la Open University of Advanced Sciences de Miami, en Estados Unidos, donde también completó un máster en Pedagogía.

Su biografía publicada en la página web de Amatista no deja indiferente a nadie ya que narra que César «cuando tenía 10 años, estaba tan deprimido por tener malas notas que estaba pensando seriamente en el suicidio; entonces, unos seres se le aparecieron y le dijeron que no debía deprimirse por las notas, pues esas enseñanzas no tenían importancia para el desarrollo del alma y que él tenía que cumplir una misión para el desarrollo de la humanidad«, relata el texto.

Más escalofriante aún es leer su propia página web personal llamada Atlantis Angelis, inactiva desde el 9 de agosto de 2024, y donde dice que «es un portal para que la Voz del Universo entre en tu corazón y despierte el hálito divino que está esperando ser activado. Para ello, la Jerarquía ha preparado a Ramaathis-Mam, un canal múltiple, para transmitir comunicados periódicos, libros, música, meditaciones, arte transgeométrico, seminarios...«, reza el comunicado de bienvenida. »Paséate por este portal y recibe de él los códigos vibratorios que en estos momentos más necesitas«, narra el texto.

Según se cuenta, ambos eran fieles seguidores de los Hare Krishna, una entidad religiosa de origen hindú a la que llevaban frecuentando dos años en su centro de movimiento en Madrid y desde la que han emitido un comunicado dejando clara su postura: «Desde la Asociación para Conciencia de Krishna queremos dejar claro que el posicionamiento de nuestra asociación ha sido, es y siempre será por el derecho de las personas a vivir una vida libre de violencia y por la erradicación de cualquier forma de violencia de género. Manifestamos nuestro completo rechazo a los actos que se le imputan al sospechoso y queremos dejar claro que esta persona no forma parte de nuestra institución, aunque asistiera de forma esporádica a algunas de nuestras actividades», declaraban desde la asociación.

La autopsia determinará la causa de la muerte de su mujer. Algunas señales indican que pudo intoxicarse con medicamentos. Por ahora se desconoce si tomó las pastillas por voluntad propia o se las dio el marido. Los investigadores se percataron pronto de que Raquel nunca había presentado en el domicilio de su madre. Los agentes del instituto armado analizan otras pruebas, como el móvil de la fallecida, para determinar si el detenido, que ya ha pasado a disposición judicial, pudo participar en la muerte.

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