Marisol García| Portavoz de la Mesa Sociosanitaria de Fade
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Marisol García| Portavoz de la Mesa Sociosanitaria de Fade
«Me sobran los dedos de la mano para contar las residencias que optaron a fondos europeos»Es médica. El año próximo cumplirá 40 años en la sanidad pública. Y 30 al frente de su residencia, Nuestra Señora del Amparo, en los terrenos del pozo Mosquitera. Además es la presidenta de la asociación que más residencias aglutina, Argas y, desde febrero, Marisol ... García Villa es la portavoz de la Mesa Sociosanitaria de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade).
–¿Qué es este organismo?
–Hace tres años que la formamos las asociaciones de residencias geriátricas de Asturias: Argas, Ascege y Aarte. Nacimos a raíz de la pandemia, cuando se planteó el cambio de modelo y todas decidimos unirnos y tener una sola voz para poder negociar con la administración. Representamos a todas las residencias privadas de Asturias, que somos casi 250.
–¿Solo patronales geriátricas?
–En principio, sí, pero están invitados, también, los centros de día y los de ayuda a domicilio.
–¿Cómo se siente de portavoz?
–(Risas) Me siento bien. Con ilusión y con muchas ganas. El diálogo impera. Ser la voz de las residencias privadas ante la Administración es importante.
–En su primer comunicado como portavoz destacó que de la mano de Melania Álvarez, la ya exconsejera de Derechos Sociales, hubo diálogo. Fue la primera vez que los geriátricos privados se sentaron con el Principado y comenzaron a trabajar juntos.
–Es cierto. Con Melania hubo un diálogo abierto, fluido, nos reúniamos muy a menudo. Colaboramos mucho y pudimos exponer nuestra situación, se nos escuchó, cosa que esperamos poder haciendo con la nueva consejera, Marta del Arco.
–Dígame. ¿Que sintió cuando oyó a Barbón decir que uniría Cultura con Derechos Sociales?
–Me sorprendió. La verdad, quedé asustada. Ninguno lo veíamos viable.
–¿Por qué?
–Nos parece lo más idóneo una consejería. Es un área en la que hay mucho campo dónde trabajar, mucho que hacer todavía. Y la población de Asturias cada vez está más envejecida...
–Ha habido polémica con las palabras de la presidenta madrileña. Que durante la covid no se trasladó a los mayores de las residencias a los hospitales 'porque se morían igual? En Asturias sí hubo derivaciones.
–En Asturias siempre hubo derivaciones de residentes enfermos de covid a los hospitales. Y si necesitabas ayuda la pedías. Eras intervenido si no tenías médico ni enfermeras. Soy médica y, durante la covid, iba a atender a enfermos a residencias geriátricas y a derivarlos si era necesario.
–¿Cómo está el sector tras la covid?
–Recuperándose. Poco a poco. Como hubo tanta insistencia en nuevos modelos de los cuidados de larga duración que no fueron posible llevarse a cabo, está buscando un equilibrio entre nuevos modelos y la viabilidad económica de las residencias privadas. Para un cambio de modelo hay que hacer un estudio económico. Saber cuánto puede costar a las residencias.
–¿En qué fase está el nuevo modelo del que hizo bandera el Principado?
–En las últimas reuniones con Melania habíamos alcanzado bastantes acuerdos. Se habían reducido muchas medidas de las que se pretendían, como los metros cuadrados de habitaciones, en los salones... Se había llegado a bastante consenso. Ahora estamos a la espera. Nosotros sabemos que tiene que haber cambios y mejoras. Pero, claro, hay que intentar causar el menor impacto económico para las pequeñas pymes. Hay que echar muchos números. Los salarios y la Seguridad Social aumenta año a año, estamos en una época en la que los gastos son inmensos. Y venimos de una recesión económica para las residencias muy importantes. Estamos empezando a ver la luz dentro del túnel.
–¿Las ayudas de los fondos europeos no facilitan el cambio del modelo?
–Creo que me sobran los dedos de la mano para contar cuántas residencias han optado a los fondos Next Generation. La mayoría no lo ha hecho porque había que entrar en un plan ya estructurado, en la Red CuidAS, en el que nosotros no estábamos de acuerdo. No nos sentíamos a gusto.
–¿Por qué?
–Porque traía consigo las unidades de convivencia, los jardines terapéuticos, las salas sensoriales, los metros cuadrados de habitación... Había que realizar una serie de cambios en las residencias que muchas no podían hacer. Y, aunque les dieran ese dinero de las ayudas, la gente no se atrevía a arriesgarse porque vienen de un gasto económico muy elevado y la subvención no llega de hoy para mañana.
–¿El Principado ya les pagó lo desembolsado durante la covid?
–Sí, se nos pagó todo. Pagábamos a 79,20 cada PCR. Hubo que pagar por adelantado y luego solicitar devolución con una subvención que salió vía directa, después de negociar duramente.
–¿Tienen ahora plazas libres o hay una gran demanda?
–Lo cierto es que tenemos lista de espera. Si hoy queda una plaza libre, en dos días se cubre.
–La lista de espera de la red pública supera las 2.000 personas. ¿La suya es tan alta?
–No. Pero esa lista de espera hay que repasarla. Porque algunas personas ya están en una residencia. Otras ya han fallecido.
–¿La subida de las ayudas a la dependencia ha evitado el trasvase de residentes de la privada a la pública?
–No, no lo hay. Porque en el momento en que entran en la privada, la gente ya no quiere cambiar. Lo cierto es que las residencias privadas son variopintas en cuanto a los precios, nos gustaría que hubiera uniformidad pero no la hay. La mayoría de los residentes son viudas y las pensiones de viudedad no alcanzan para pagar una residencia, ni pública ni privada. Si no fuera por la Ley de la Dependencia, sería imposible. Es cierto que la subida de las ayudas a la dependencia, que tanto luchamos y conseguimos con Melania Álvarez, ayudó y facilitó mucho. Un grado III te puede llegar a 760 euros. Es una gran ayuda.
–¿Tienen ustedes problemas para contratar?
–Sí. Tenemos problemas para encontrar profesionales de todas las categorías: gerocultores, más de 200, enfermeras, médicos, fisios, terapia ocupacional... Se necesita mucho personal para las residencias. De hecho, el Ayuntamiento de Oviedo se puso en contacto con Argas porque iba a dar unos cursos de formación, con certificado de acreditación profesional, y quería contar con nosotros para las prácticas. Es una propuesta que quieren extender a toda Asturias. Eso es importante. También hablamos con el Sespa (Servicio de Salud del Principado),
–¿Para qué?
–Porque tiene exclusividad para médicos y enfermeras. Les pedimos que esas categorías puedan compatibilizar su trabajo.
–La plantilla de la red geriátrica pública, el ERA, reclama un plus de peligrosidad.
–Bueno. Yo soy médica de urgencias y, ya hace muchos años, solicitamos el plus de peligrosidad en Urgencias. Y nunca se nos dio. Y mire las situaciones que se viven. Todo lo que sea beneficiar al trabajador, que esté a gusto en el trabajo, a mí me parece fenomenal, pero ese plus puede dar a entender que es peligroso trabajar en una residencia.
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