Secciones
Servicios
Destacamos
G. POMARADA
RIBADESELLA.
Jueves, 29 de julio 2021, 01:35
Cuentan quienes la conocían que Menchu Álvarez del Valle quedó prendada de Ribadesella, sus paisajes y sus gentes. Pero lo cierto es que ese cariño era mutuo y así lo demuestran los gestos de pesar que se repiten desde que este martes se conociese la noticia de su fallecimiento a los 93 años. El Ayuntamiento de Ribadesella trasladaba ayer sus «profundas condolencias y sincero pesar por tan enorme pérdida» tanto a la Casa del Rey como a los familiares de su vecina, una «persona tan apreciada en nuestra pequeña localidad, donde siempre se le guardará un cálido recuerdo».
Una vez que fijó su residencia en Sardéu tras su jubilación, Álvarez del Valle comenzó a participar activamente en diversas iniciativas, entre ellas la tertulia femenina El Garabato. En ese grupo creado hace doce años encontró no solo un espacio de debate, sino un auténtico grupo de amigas. «Era nuestro pilar, la vamos a echar mucho de menos», destacaba ayer una de sus integrantes, María Agüeria. De ella guardan infinidad de detalles, como las comidas que cada año disfrutaban en su casa. «Nunca hizo alarde de nada», cuenta Agüeria, que al igual que el resto del grupo primó siempre su faceta personal y profesional, no la de su papel como abuela de la Reina Letizia. Ello no implicaba que, como orgullosa abuela y bisabuela, compartiese confidencias con sus amigas, con las que acordó una regla inquebrantable en la tertulia: «No hablar de política». Sí lo hacían de infinidad de temas, desde ciencia a literatura o patrimonio local, y el enfoque de Álvarez del Valle era siempre enriquecedor. «Gracias a ella vinieron a la tertulia personas importantes, ella nos animaba y nos proponía cosas. Tenía una mente privilegiada», señaló Agüeria. Tanto es así que llegó a manejar las nuevas tecnologías con soltura y en el chat de whatsapp de la tertulia era una de las más participativas. «Siempre nos mandaba enlaces, dominaba perfectamente la navegación por internet. Era una mujer brillante y muy avanzada», explicaba su amiga. La intención de El Garabato es celebrar más adelante una misa en su memoria.
Noticia Relacionada
También en la Asociación Cultural Iglesia de Moru lloran su ausencia, pues era una socia «comprometida» que «participaba en todos los actos». El tesón de la entidad permitió restaurar la iglesia del siglo XIII y sus pinturas y en esa meta colectiva contaron con el respaldo de Álvarez del Valle. «Tenía mucho cariño a la iglesia y quería sacarla adelante», alabó su presidenta, Ana Fernández. En el templo cuentan incluso con una imagen de la Virgen de Covadonga regalo de la abuela de la Reina, por quien este martes doblaron las campanas de San Salvador, en señal de despedida.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.