Don Ford y Suzanne Scarboro, con sus hijos Monique y Cyrus, en la playa de Santa Marina. DIEGO ABEJÓN

«Encontramos gente muy abierta»

Americanos de Oregón y aficionados al surf, consideran que Asturias ha sido buena elección para sus minivacaciones

PABLO A. MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Lunes, 22 de agosto 2022, 02:51

Al mediodía de una soleada jornada de agosto, la playa y el paseo de Santa Marina en Ribadesella son un hervidero de gente diversa que disfruta de las agradables temperaturas a pie de mar o a la brisa suave que trae la ría. Suzanne Scarboro ... y Don Ford, con sus hijos Cyrus y Monique, avanzan a paso decidido hacia una de las rampas de acceso al arenal. Norteamericanos de Oregón, se sorprenden de nuestro repentino abordaje: «¿Por qué razón nosotros?, ¿les hemos parecido diferentes?», pregunta Suzanne en perfecto español. No le faltan motivos a su asombro. A nuestro alrededor -tal como está sucediendo este verano en Asturias- se escuchan conversaciones en francés, alemán, portugués y en la lengua de Cervantes con un cerrado acento granadino. La razón de que esta madre de familia estadounidense se exprese con tanta soltura en castellano la desvela ella misma: «Soy profesora de español, mis hijos también se manejan un poquito en el idioma», apunta, y lo segundo tendremos ocasión de comprobarlo durante nuestro breve encuentro.

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Relatan que es su primer viaje a nuestro país y les ha llamado la atención encontrar en el Principado un entorno muy distinto al que se imaginaban: «Teníamos la idea de una España más calurosa y sin tanto verde en el paisaje, con mayor afluencia de turismo en los lugares. Sí sabíamos que en el norte hay playas adecuadas para el surf y por eso hemos venido aquí. A mi marido y a Cyrus les gusta practicar este deporte», explica, ante la expresiva mirada de su hija.

«Yo no surfeo», aclara, por su parte, Monique con una sonrisa. Los dos varones, embutidos en sus trajes de neopreno, lamentan que el estado de la mar no les acompañe esta mañana en la playa riosellana para poder probar sus olas.

En todo caso, no piensan desaprovechar la ocasión para probar sus tablas haciendo paddle sobre la barra de la ría, hoy calma como un lago.

De Asturias, además del verde y las montañas -donde han estado realizando senderismo en días anteriores-, les ha fascinado la cantidad y variedad de quesos. «Hay para todos los gustos: suaves, fuertes, cremosos... Es realmente increíble», afirman.

O el tipo de sidra que han saboreado aquí: «Era algo que tampoco asociábamos con España». Y Suzanne añade: «Hemos encontrado también una gente muy abierta y simpática, sin distancias. Parece como que ya te conocían», opina. Y habla del interés creciente que existe en su país por el idioma español: «Muchos de mis alumnos son latinos que quieren perfeccionar la lengua de sus padres. El carácter de ustedes me los recuerda», confiesa.

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Los planes de la familia americana pasan por exprimir al máximo sus diez días de minivacaciones en nuestra región y otros puntos de la costa cantábrica. «No disponemos de mucho tiempo y estos chicos me temo que tienen algo de prisa por ir a buscar sus tablas», se excusa la profesora para poner fin a la conversación. «¿Si nos gusta Asturias? Por supuesto. Creo que ha sido una buena elección venir aquí», zanja Suzanne ante el asentimiento cómplice del resto del grupo. Al otro lado de Santa Marina, han visto alzarse una sugestiva ola.

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