Las empresas reutilizan cada vez más residuos animadas por la Agenda 2030

La Asamblea General de la ONU aprobó en 2015 los 17 objetivos de desarrollo sostenible, también conocidos como Agenda 2030. Son metas que persiguen acabar con la pobreza, mejorar la educación, el agua limpia, el saneamiento, las condiciones de trabajo, la industria... en definitiva, un mundo más justo.«Me gusta recordar que la sostenibilidad no solo es ambiental, también es social y económica, no podemos ser talibanes de uno u otro de esos ámbitos», consideró ayer José Antonio Garmón, director general de Gobernanza Pública, Transparencia, Participación Ciudadana y Agenda 2030 del Principado.

«No por ser verdes podemos olvidar que hay gente que se tiene que ganar el pan», matizó al abrir la jornada organizada ayer por ELCOMERCIO para analizar cómo avanzan en esa agenda desde el sector privado. Garmón puso la lupa en la huella de carbono, la contaminación que cada uno genera en base a sus hábitos. «En esto también hay ricos y pobres, una persona de Malawi genera una huella de 0,2 toneladas, la media mundial es de 6, la de un español de 12, la de un americano de 21», cifró.

Cogersa, Fuensanta y Bayer fueron las empresas que participaron en la sesión relatando su experiencia. Elena Fernández, jefa de Sostenibilidad en el consorcio de residuos, recordó que la entidad celebra su 40 aniversario y nació«para dar una respuesta a las necesidades de los asturianos». En 1982 los vertederos urbanos deslucían las ciudades y se optó por centralizar el depósito de los mismos, en un valle en el centro de la región, lo que implicaba un ahorro económico clave. «Nuestros costes se trasladan a los ayuntamientos y de los ayuntamientos van a la ciudadanía». Lograr un funcionamiento eficiente reduce la factura a los asturianos y ha permitido a Cogersa aportar soluciones en la crisis de las vacas locas (2001), la del Prestige (2002) y más recientemente el reto de eliminar residuos hospitalarios en plena pandemia.

Los deberes que afronta el consorcio son múltiples. De un lado, hasta ahora la gestión se basaba en eliminar los desperdicios en un vertedero «y ahora no lo tendremos».En su lugar se levanta una planta de basura bruta con «una inversión muy grande, 60 millones», que funcionará en pruebas en 2023. Para aprovechar los fondos Next Generation «tanto como se pueda» se financiará una ampliación de la planta de biometanización, pasa que incrementará su capacidad de procesamiento de los 30.000 a las 60.000 toneladas anuales.

Los retos de Cogersa son también de los ciudadanos. «Es obligatorio recoger el residuo orgánico en el contenedor marrón, vamos con un poco de retraso y es crítico para avanzar. Sin participación ciudadana de poco nos sirve que llenemos Asturias de contenedores», razonó Fernández. También hizo un llamamiento al resto de industrias y mercado.Los procesos de reciclado de Cogersa transforman el desperdicio en materias primas secundarias «pero se necesita un mercado maduro.Ahora fabricamos áridos con residuos de construcción pero nadie lo demanda».

En esa línea avanza la planta de Bayer. «Tenemos un proyecto con la Universidad de Oviedo para revalorizar nuestros residuos y que se usen en otra industria; la parte de laboratorio está dando buenos resultados pero a ver al pasar a otra escala. Es un reto que tenemos a dos años», concretó el director de la instalación,Jorge Álvarez. La multinacional también sigue la iniciativa 'Green Aspirin', consistente en hacer más sostenible todo el proceso de fabricación de la aspirina. «Hemos conseguido que el 100% de la energía eléctrica sea renovable y ahora lo estamos intentando con nuestros proveedores», abundó.

En Lada la multinacional tiene un centenar de trabajadores a los que incentiva a seguir hábitos más sostenibles con una aplicación para móvil. «Registra lo que haces de comida y transporte y si vas reduciendo tu huella de carbono te premia con árboles virtuales que luego la empresa planta en la realidad», dijo.

Fuensanta lleva desde los años 70 con envases de vidrio retornable y sigue también esa filosofía.Contrata energía verde, este año ha instalado 300 placas solares e intenta reclutar la plantilla en Nava. Al entrar los forma con «un mentor de calidad y medio ambiente.Es importante explicar por qué se hacen las cosas de una manera, porque así lo entiendes y te implicas. Si no el empleado cree que lo de apagar la luz y gastar poco papel es por ser tacaño», argumentó su directora general,Esther Cueli.

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