«La empresa debe mimar a los empleados con talento; si no, se juega la competitividad»

-¿Es necesaria esta iniciativa?

-Sí lo es. En la mayor parte de las universidades ya existe y están ligadas al proyecto GEM que, utilizando una metodología común (encuestas a una muestra de la población estadísticamente significativa y a expertos), permite analizar la situación del emprendimiento en 65 países, así como en las comunidades autónomas. Asturias, con el apoyo de la Consejería de Economía, ya lo hizo en 2006 y 2007.

-Después, por falta de asignación presupuestaria, se dejó de hacer.

-Ha quedado descolgada y uno de los objetivos de esta cátedra es hacer una radiografía del emprendimiento. En el Principado hay interés por ello.

-¿Cómo van con las encuestas?

-Ya las hemos hecho. Queríamos ganar tiempo y, mientras se cerraban los últimos flecos burocráticos de la cátedra (presentada a finales de julio), se formó el equipo GEM, integrado por los profesores de la Universidad Enrique Loredo, Susana Pérez, Matías Mayor, Begoña Cueto y yo mismo, para poder llevar a cabo el trabajo de campo: 2.000 encuestas telefónicas entre la población de 18 a 64 años y 36 entrevistas a expertos en diferentes ámbitos del emprendimiento. Es un número que permite sumarnos al GEM con la máxima fiabilidad estadística.

-¿Hay resultados ya?

-Los datos están sin analizar. Esperamos tener las conclusiones para mayo.

-El estudio de 2007 apuntaba a que solo un 5,5% de los asturianos estaba dispuesto a emprender.

-Hay un indicador en el GEM, el TEA, que mide cuántas personas de esa franja (18-64 años) están emprendiendo de modo naciente o han puesto en marcha una empresa que lleva en el mercado entre tres y 43 meses. En 2007, la media española era del 7,37% y Asturias, con el 5,5%, se situaba entre los últimos puestos.

-¿Prevé cambios ahora?

-Hemos pasado por una crisis financiera y económica importante y, aunque estamos en fase de recuperación en términos de PIB, ha empeorado la calidad del empleo y la tasa de paro juvenil alcanza el 40% en Asturias. Mientras tanto, se han hecho muchas iniciativas valiosas en el fomento de la cultura emprendedora. Pero las demás autonomías también. Y para reducir la brecha no solo tienes que correr, sino que tienes que correr más rápido. De ahí el interés por conocer lo que ha sucedido y evaluar las actividades llevadas a cabo.

-En 2016, el 55,4% de las firmas asturianas no tenía asalariados. El empresario se autoempleaba. ¿Autoempleo es emprender?

-El que se autoemplea ha sido emprendedor, porque ha tenido una iniciativa. Pero muchas veces ha sido por necesidad (el autoempleo crece cuando más paro hay), que por ver una oportunidad. Este último caso no está tan ligado a la crisis. En España, el 70,2% emprende por oportunidad y el 26% por necesidad.

-Después de la 'radiografía' del emprendimiento, ¿qué pasos darán?

-Queremos insistir en la búsqueda de talento entre el alumnado universitario y apoyarlo.

-¿Cómo lo harán?

-Hay varias alternativas: con encuestas o contando con la colaboración del Vicerrectorado de Acción Transversal y Cooperación con la Empresa y los profesores de los últimos cursos para conocer mejor su talento e iniciativas. Otra opción es que hubiera una asignatura en todos los másteres para que todo el alumnado pensara en ello. Uno de nuestros objetivos es crear un máster que tenga el emprendimiento como eje central.

-Porque talento hay.

-Por supuesto. Lo importante es detectarlo y apoyarlo para avanzar. Porque no olvidemos que el perfil medio del emprendedor en España tiene más de 40 años. Salir de la universidad y crear una empresa sin más con una sola idea es muy difícil. Para emprender no solo hay que tener ideas, también experiencia, capacidad de análisis para que la empresa sea viable y rodearse de gente que sepa. Por eso, queremos contar con la colaboración de las firmas más innovadoras, que cuenten su experiencia.

-¿Hay nichos donde emprender?

-Hay uno clarísimo: el de la sostenibilidad de la economía. Porque tenemos que satisfacer nuestras necesidades, pero no a costa de dejar sin recursos a las generaciones que nos siguen. Los productos ecosostenibles (hay tejidos para alta montaña hechos con el reciclaje de redes marineras), la alimentación (lácteos sin aditivos, por ejemplo), la salud y el turismo son algunos segmentos para explorar oportunidades.

-El proyecto GEM también habla de emprender en la empresa.

-Sí, un 2,7% de los españoles ha aportado ideas nuevas en su trabajo frente a un 5% de los europeos. Dentro de la empresa nos hacen falta emprendedores. ¿Pero qué sucede? Que tenemos empresas muy autoritarias, muy de arriba abajo, jerárquicas. Eso genera un problema: si no se recompensa tener iniciativas, aportar ideas y el trabajador solo puede hacer lo que se le manda, entonces están perdiendo potencial de innovación.

-¿Y cómo se cambia?

-Creando una cultura cooperativa. El empresario tiene que saber que no todos los trabajadores son iguales, que hay unos a los que tiene que mimar, porque son los que tienen talento y son la clave de la innovación. Son en esos puestos en los que se juega la competitividad. Por eso, su esfuerzo, la aportación de ideas, el sentirse parte de la compañía tienen que recompensarse con incentivos, promociones, participación de beneficios... Es lo que se conoce como intercambio de regalos en la empresa.

-¿Capgemini y Caja Rural le han dado indicaciones?

-Son muy generosos y confían en la Universidad y la cátedra. Entre mis objetivos está estrechar la relación de ambas con los alumnos. Capgemini tiene en Asturias casi mil empleados con formación universitaria para dar soluciones en Tecnologías de la Información y la Comunicación.

-¿Cómo ve el tejido empresarial asturiano?

-Hay empresas muy innovadoras y personas con mucha iniciativa. Pero no olvide que el 55,4% no tiene asalariados y el 40,9% de las firmas solo tiene entre uno y nueve trabajadores. Nos hace falta ganar tamaño, porque eso implica tener mayor músculo para exportar e innovar.

-¿Ve avances en la conciliación?

-Las empresas fallan mucho en conciliación y esto penaliza a la mujer. Hay que avanzar, porque hay mucho talento femenino a la espera de ser utilizadas. Y también faltan muchas mujeres directivas.