Máxima expectación ante el recuento del voto emigrante que decidirá el resultado final del 28M con 890 votos de diferencia en el oriente

De hecho, el secretario general del PP asturiano, Álvaro Queipo, indicó ayer que «es muy difícil que se logre finalmente el vuelco», pero también que «no es imposible alcanzar el cambio en Asturias».

¿Qué tendría que ocurrir? La primera opción, como queda dicho, es que en la circunscripción oriental, que con el escrutinio del pasado domingo arrojó una diferencia de 934 votos entre PSOE y PP para el reparto de cinco escaños (tres para los socialistas, dos para los populares), voten los suficientes ciudadanos de la emigración de los 27.618 que tienen derecho a ello y lo hagan a favor del PP más de esa diferencia. El quinto escaño pasaría a manos del PP. Además, se da la circunstancia de que en los recuentos de los votos en la circunscripción del Oriente se incluyeron ayer varias mesas en los concejos de Colunga y Ribadedeva que aún no se habían contado, merced a lo cual la diferencia ahora entre socialistas y populares se ha reducido en 44 votos más, es decir, que la ventaja socialista es, en el momento de comenzar el recuento de hoy, de 890 sufragios.

Si se diera tal circunstancia, el PP sumaría tres escaños en el oriente y el PSOE dos, y a nivel regional quedarían empatados a 18. Si no se mueven otros escaños -las posibilidades son aún más remotas- con dicho empate entre las dos principales formaciones el bloque de la derecha sumaría mayoría absoluta (23 diputados, con los 18 del PP, los 4 de Vox y el escaño de Foro).

Otra opción ya muy remota en el oriente sería que Vox llegase a sumar tantos votos como la tercera parte más uno de los que sume finalmente el PSOE. Eso implicaría que Vox tendría que recabar en la inmigración el triple de los votos que sume hoy el PSOE de forma adicional, y a eso sumarle otros 1.431 votos más.

Y también remota es la posibilidad de que se moviesen escaños tanto en el centro como en el occidente. Casi imposible entre PSOE y PP, y muy difícil que Foro o Vox, con significativos resultados en el occidente, pudiesen birlar algún voto al PSOE.

Con todo, no son los únicos juegos matemáticos que pueden darse durante el escrutinio que hoy tendrá lugar en la sede de la Junta Electoral Provincial, en el edificio de la Audiencia Provincial de Oviedo, a donde todos los partidos estarán mirando, si no con total atención, al menos sí de reojo. Ayer, todos ellos tenían especial interés en conocer si la participación se había incrementado mucho o poco respecto a 2019. Todo apunta a que habrá un incremento notable de votos. Un dato: en 2019 apenas ejercieron su derecho 2.895 asturianos de la diáspora, cuando podrían haberlo hecho 117.880. Pero en esa convocatoria el voto era rogado (esto es, había que solicitarlo previamente por correo, lo que resta participación). La última vez que el voto no fue rogado, en 2007, fueron 15.153 los asturianos de la diáspora que votaron. Si se mantuviese esa proporción, y a causa del incremento del número de asturianos en el extranjero, alrededor de 20.000 asturianos habrían votado esta vez. Queda por ver si las tres legislaturas con voto rogado han recortado las ganas de participar o si las apelaciones de PP y PSOE a la participación de los inmigrantes han surtido su efecto.

A las ocho de esta mañana se habrá cerrado la admisión de estos sufragios, que llegan por valija desde las embajadas y consulados españoles en el extranjero, y el recuento comenzará en ese momento y se prolongará hasta que sea preciso.

En estos momentos, los socialistas suman 190.392 votos, por 170.331 de los populares, en el total de las tres circunscripciones electorales. Esta noche ambos sumarán más. El caso es que eso cambie el reparto de escaños o no.

Es solo un divertimento matemático, pero tanto Barbón como Canga, hicieron sentido contrario, la apelación que tanto Barbón como Canga hicieron al voto útil, de haber tenido un éxito total y haber logrado que los votantes de IU y Podemos hubiesen apoyado al PSOE y los de Foro y Vox, al PP, en Asturias habría dos cambios fundamentales. Uno, que los 45 escaños se los repartirían el PSOE y el PP. El segundo, que habría un vuelco a favor del PP, porque en el occidente se mantendría el empate a tres escaños, pero en el centro el PSOE ganaría cuatro escaños y el PP cinco, y empatarían a 17. El desempate vendría de la mano del oriente, donde si los votantes de Vox y Foro hubiesen apoyado al PP y lode IU y Podemos, al PSOE, los populares habrían logrado el tercer escaño en detrimento del PSOE. El PP tendría 23 escaños y el PSOE, 22, a pesar de que el PP habría sido, en la suma de las tres circunscripciones, menos votado (250.456 para la izquierda y 234.424 para la derecha).