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A. COLLADO
Martes, 26 de mayo 2015, 00:22
«Los partidos que pretendan alcanzar algún acuerdo con Podemos Asturias tendrán que renunciar a buena parte de los privilegios que comporta la carrera política en la Junta General». Ésta fue ayer, en boca del secretario general de la formación en el Principado, Daniel Ripa, la primera condición lanzada por Podemos tras saberse imprescindible para alcanzar desde la izquierda acuerdos de gobernabilidad en el Parlamento autonómico. En el mismo comunicado, hecho público tras la reunión del Consejo Ciudadano, la formación aseveraba que «ser elegido parlamentario no es un privilegio, es una responsabilidad» y renovaba su compromiso con «la austeridad y la transparencia». De este modo, planteaba que «los sueldos de los diputados se limitarán para vincularlos al Salario Mínimo Interprofesional, limitando su permanencia en la política (dos legislaturas) y publicando con plena transparencia todas sus cuentas». Podemos ya se había comprometido durante la campaña a reducir el sueldo de sus parlamentarios a un máximo de 1.900 euros, el triple del salario mínimo.
También como especificaba en su ideario, una de las primeras medidas que pretende impulsar Podemos es «una ley de prohibición de las puertas giratorias y de regulación de los grupos de presión o 'lobbies'».
«Que los demás quieran hablar de pactos, consejerías y repartos de sillones nos preocupa poco. Lo que nos preocupa es que solo hablen de eso», añadía ayer Ripa. La formación aspira a construir un consenso, en torno a un paquete de medidas de «regeneración democrática, transparencia, lucha contra la corrupción y rescate ciudadano».
«La ciudadanía nos ha elegido para llevar al Parlamento las aspiraciones de la gente normal», resumía ayer Rosa Espiño. «Vamos a terminar con los privilegios y las prebendas que han convertido al Parlamento en una institución opaca que sólo se representa a sí misma», prometía. Otro de los miembros del Consejo, Lorena Gil, se mostraba igual de vehemente: «No vengo a la política para cambiar de vida. Me han elegido para cambiar Asturies, no para tener coches oficiales».
La formación considera que una buena parte del electorado asturiano ha dejado claro que «la nueva forma de hacer política» es irrenunciable. «Nosotros entramos al Parlamento a decirle a los políticos profesionales que se acabó su fiesta a costa de la ciudadanía, que la gente quiere sentirse orgullosa de sus representantes», afirmaba Kike López, para añadir: «Yo me siento muy orgulloso de tener un trabajo al que regresar. Quizá la gente confiaría más en los políticos si supiera que no van a terminar sus carreras en consejos de administración de empresas amigas».
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