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ANDRÉS SUÁREZ
Miércoles, 20 de mayo 2015, 00:20
Solo 3.969 emigrantes asturianos podrán participar en las elecciones autonómicas tras haber cumplimentado el trámite previo de solicitud de la papeleta y haber sido autorizada esa petición al respetarse todos los requisitos. El dato es muy bajo, teniendo en cuenta que el censo de expatriados con derecho a sufragio era de 106.593 personas. El sistema de voto rogado, que comenzó a aplicarse en los comicios de 2011, es la razón que explica el hundimiento de la participación del colectivo emigrante en las convocatorias electorales.
Anteriormente la actividad electoral de la nutrida colonia de asturianos repartidos por todo el mundo era mucho más intensa. En la convocatoria de 2007, por ejemplo, más de 15.000 emigrantes ejercieron su derecho al voto. Pero a partir de la aplicación de una reforma que generó una contestación enorme en el colectivo las cifras se despeñaron. En los últimos comicios de marzo de 2012 únicamente 4.826 emigrantes cumplieron todos los trámites y estuvieron en disposición de poder votar, y solo 2.863 ejercieron finalmente ese derecho.
Está por ver cuántos lo hacen esta vez pero el hecho de que únicamente 3.969 emigrantes asturianos de un total de más de 106.000 estén en disposición de participar vuelve a poner de relieve que el sistema de voto rogado, pensado para mejorar la seguridad jurídica de este sufragio, desincentiva por completo la participación del colectivo. En más de una ocasión se ha hablado de la conveniencia de reformar este mecanismo para facilitar el voto, pero hasta la fecha no se ha hecho nada. Y eso que su recuento no es anecdótico, todo lo contrario; en la convocatoria de marzo de 2012 fueron estas papeletas las que devolvieron al PSOE a la Presidencia del Principado al otorgar a los socialistas el escaño que bailaba en la circunscripción occidental, en apretada pugna con Foro. Fueron aquellos sufragios los que permitieron articular una mayoría -17 escaños para el PSOE, cinco para Izquierda Unida y uno para UPyD- que encumbró a Javier Fernández al frente del Gobierno regional.
Daba la sensación de que esta vez la participación de la emigración iba a ser mayor, teniendo en cuenta el perfil de los nuevos expatriados: en muchos casos gente joven que se ha tenido que ir del país recientemente forzada por la mala situación económica y la ausencia de trabajo. Pero no ha sido así. El censo de potenciales votantes ha crecido -un 18%, de los 89.820 inscritos en 2012 a los 106.593 este año- pero el resultado final ha menguado hasta esas 3.969 solicitudes finalmente autorizadas.
En el conjunto del país se han aceptado 46.382 solicitudes de voto de emigrantes, según los últimos datos facilitados por la Oficina del Censo Electoral.
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