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«El gran reto tras las elecciones será demostrar que el pluralismo es gobernable»

«El gran reto tras las elecciones será demostrar que el pluralismo es gobernable»

candidato de IU a la presidencia del Gobierno del Principado de Asturias

AIDA COLLADO

Jueves, 14 de mayo 2015, 00:38

Es de los candidatos que no necesita presentación y vuelve a la vida política asturiana en un momento que reconoce complicado para «retribuir» a Asturias todo lo que le ha dado. Sabe que «lo joven no es necesariamente renovación y la renovación no es necesariamente un cambio en positivo». Y eso es lo que Gaspar Llamazares busca para el Principado: un giro. A la izquierda, claro.

Empecemos por lo difícil: el CIS vaticina para IU un descalabro en las autonómicas.

Descalabro es mucho decir. Es contradictorio, porque prevé una bajada de IU -en ningún caso la desaparición que algunos anuncian, porque gozamos de buena salud- y al mismo tiempo considera su candidatura como la segunda más valorada de la comunidad. Estas encuestas tienen mucha cocina. Yo estoy convencido de la necesidad de que se produzca en Asturias un cambio de rumbo hacia la izquierda, en base al diálogo y al acuerdo. La encuesta ni me sorprende ni me desanima. Es un estímulo, ya sabíamos que las circunstancias eran difíciles.

Habla de renovación, pero de un modo distinto al de Albert Rivera, que cree que solo pueden liderar el cambio aquellos que ya han nacido en democracia. Usted es de los candidatos de más edad...

No sé si soy de los candidatos con más edad. Tengo 57 años...

Solo son mayores Javier Fernández y Nicanor García.

Javier tiene bastantes más que yo. En cualquier caso, la edad no es ningún valor, es de esas cosas que se pasan con el tiempo. La renovación no es únicamente una cuestión de edad, de demografía, sino de actitudes y políticas. Me preocuparía -y algunos están apostando por ello- que el resultado de una larguísima crisis en España y de una tragedia social fuera únicamente el postureo. Lo que esperan los españoles y los asturianos es que después de esta crisis se haya asumido algún tipo de autocrítica y se acometan los cambios necesarios.

¿También el cambio de actores?

Que se cambie a aquellos que no deban estar en política. No pienso asimilar que somos todos igual. También en política ha habido víctimas y verdugos, honestos y corruptos. Y yo me reivindico como un político que ha hecho su trabajo, del que sus compañeros y los medios dicen que lo ha hecho bien. Presentamos un proyecto de renovación política frente a la austeridad, para garantizar una salida justa de la crisis.

Y, en ese escenario de renovación, arranca la campaña con la participación de Cristina Almeida.

Sí. Juan Torres ha participado también. Elaboró el programa de Podemos y colaboró en el de IU. Eso demuestra el carácter transversal que tiene la izquierda. La pluralidad me parece un elemento fundamental.

IU ha dado una imagen de lucha por el poder, a pesar de que usted mismo dice que el debate interno no debería dejar heridos o muertos políticos.

No sé si se trata de una lucha por el poder, porque la verdad es que hay poco que repartir. Creo que tiene más que ver con la crisis económico-social y su reflejo en la crisis política. Eso es lo que está detrás de un fuerte debate interno que no se ha resuelto todavía y no lo hará en los próximos meses. Pero aún así uno puede tener cierta prudencia pública. No lo hemos conseguido, esperemos conseguirlo con el futuro.

Con el acercamiento al Partido Comunista, ¿vuelven las aguas a su cauce?

Es una noticia positiva que demuestra que no todo es polémica o confrontación interna, que también hay un alto grado de responsabilidad y unidad de acción. Que el PC esté en IU nos fortalece.

Todos coinciden en que política está en un momento de transición, pero ¿hacia dónde?

Estamos en plena operación Gatopardo. La indignación ciudadana que ha provocado la austeridad se intenta reconducir hacia una refundación del sistema, de tal manera que en apariencia todo cambie, pero en realidad el poder económico y el político se mantengan. De eso trata la emergencia de Ciudadanos, para que quien gobierne el futuro de esta crisis sea o una alianza bipartidista o una bisagra entre Ciudadanos y otra fuerza del centro político. En definitiva, para que las cosas no se vayan a la izquierda. Creo que es la gran apuesta del IBEX-35, del poder económico y del sistema político, con el respaldo de la UE y de la Troika. Quiero decirle a los ciudadanos que no se crean lo que han oído al PP en campaña, porque lo que ha mandado Bruselas es todo lo contrario: un nuevo recorte de 18.000 millones de euros, el incremento de los copagos y una subida impositiva para los de abajo.

Todos los discursos políticos inciden en la necesidad de un nuevo tejido productivo para Asturias. ¿Cuál es su propuesta?

Nunca he creído en el creacionismo. Soy hombre de ciencias, evolucionista. Eso de un nuevo tejido productivo me suena igual que lo de una nueva política. No hay nuevo tejido productivo sin el tejido tradicional y no hay nueva política sin memoria y sin conocimiento de los errores y los aciertos. Creo que tenemos una base muy sólida. La cuestión es acometer una gran modernización. Y eso significa diversificar el tejido productivo que tenemos en torno a un grupo de grandes empresas, incorporar las nuevas tecnologías y servir a la pequeña y micro empresa. También es fundamental aprovechar la universidad.

Defiende una IU abierta, donde se incorpore una mayoría social. Pero para parte de esa izquierda usted es casta. ¿Cómo lo lleva?

Con naturalidad. Pero me parece injusto. Siendo legítima la indignación, hay que deslindar quién ha sido víctima y quién verdugo. Acusar de ser casta al único diputado que en la reforma del 135 se levantó del escaño, vetó la proposición y claramente se posicionó en contra, es no tener memoria. No se puede llegar a la campaña electoral con trazos gruesos.

¿Pactaría con Podemos?

Sí. No sé si ellos tienen la misma posición con respecto a nosotros. Parece que su única opción es ganar las elecciones. Yo no vengo a Asturias para ser diputado, sino presidente. Pero si los ciudadanos me ponen como diputado, intentaré que mi objetivo sea realizable mediante el diálogo y el acuerdo. Pactaré con quienes coincidan en la búsqueda de un futuro industrial, el empleo de calidad y el mantenimiento de los servicios públicos.

¿Deberíamos dejar de sumar los escaños del PSOE e IU para hacer cálculos durante el recuento?

Ya deberíamos haberlo hecho. Tradicionalmente, hemos tenido voluntad de acuerdo pero no siempre lo hemos alcanzado. Ahora vamos a ser más sujetos en la izquierda. No valen los viejos esquemas del bipartidismo imperfecto. Hay que introducir el esquema del pluralismo. Y ahí se verá la voluntad de cada cual de que esa diversidad sea compatible. El gran reto tras las elecciones será demostrar que el pluralismo es gobernable.

¿Qué opinión le merece el actual presidente, Javier Fernández?

Ha perdido la oportunidad que le daba la minoría de lograr grandes consensos para defender los principales intereses de Asturias ante el Gobierno central y ha trasladado a la sociedad asturiana a un lugar entre la impotencia y el fatalismo.

«Cinismo» en el PP

Con Mercedes Fernández coincidió en las Cortes.

Entonces era seguidora de Álvarez-Cascos y ahora es su principal adversaria. Representa el desplome de la minería en Asturias, la austeridad de los recortes y el cinismo de quienes dicen lo contrario de lo que hacen.

Paso atrás de Cascos y nueva candidata de Foro: Cristina Coto. ¿Qué le parece?

Es una buena noticia para la política asturiana. La salida de los asturianos por la puerta de Cascos se ha demostrado equivocada. Cascos ha representado la soberbia y la confrontación.

Parece que entrarán con fuerza Emilio León (Podemos) y Nicanor García (Ciudadanos).

Nos encontramos con un híbrido entre UPyD y Ciudadanos: ese águila de dos cabezas es un instrumento político destinado a ejercer la bisagra en nuestro país. En cuanto a Podemos, es una fuerza política que va a intervenir y a ser muy importante en la vida política y social española, pero está perdiendo sus oportunidades. Citando a Deep Purple, la soberbia -en el disco era el humo- ciega sus ojos. La soberbia del recién llegado le lleva a no distinguir entre honestos y corruptos, izquierda y derecha o memoria y realidad. Es una pena.

Empezamos y acabamos con la encuesta del CIS. Con quien más cruel ha sido es con UPyD. Adán Fernández lo tiene difícil.

Ciudadanos primero le hizo una OPA hostil y luego abdujo a UPyD. Va a ser difícil que en Asturias convivan estos dos espacios políticos.

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