Aquellos niños que ahora son candidatos a presidir Asturias

Sus allegados aseguran que los aspirantes a la presidencia del Principado fueron buenos estudiantes. De distinta edad, en diferentes zonas de la región y en circunstancias poco coincidentes, todos fueron a la escuela y a la Universidad. El COMERCIO recoge sus principales recuerdos y anécdotas de unas etapas casi desconocidas para los votantes

Elena Rodríguez

Domingo, 17 de mayo 2015, 09:15

El niño de Requejo que estudió ingeniería

Publicidad

Javier Fernández (67 años). Partido Socialista

En el edificio en el que vivía había dos 'Javieres'. Javier 'El Pinchu', que tenía el mote del abuelo, y Aris Javier. De niño, Javier Fernández (Mieres, 1948), presidente del Principado y candidato a la reelección por el Partido Socialista, era conocido en el barrio mierense de El Requejo con este nombre. En la familia lo llamaban así por su padrino, Arístides Llaneza, exiliado tras la guerra civil en Francia y México, y que era hijo de Manuel Llaneza, el que fue alcalde de Mieres y fundador del SOMA.

Javier Fernández nació en una familia de mineros y siderúrgicos que sufrieron en carne propia las represalias de la guerra y el socialismo corre por las venas desde niño. Su padre, Manuel Fernández Montes, pasó varios años en un campo de concentración del occidente asturiano, en el que fue internado a los dieciséis años, y su madre, María Luz, 'Lucita' Fernández, quedó huérfana a los once años por la desaparición de su padre. El candidato a la presidencia estudió en el Colegio Nacional de Requejo, conocido popularmente como el Centro de Requejo, edificio que albergaba los talleres del Ayuntamiento de Mieres y junto al que los domingos se celebraba el mercado de los gochos. Tenía lugar en una caleya ancha, de arena, y junto a ella se encontraban las vías por las que los vagones transportaban el carbón del pozo Polio. Anexa al inmueble se encontraba la casa de los maestros, el matrimonio formado por Eudaldo Cobreros y Juliana Ruiz.

Según recuerdan sus compañeros de pupitre, Javier Fernández, siempre fue muy buen estudiante desde edades muy tempranas. Como niño, jugaba con los demás críos de su edad, pero, según recuerdan quienes compartieron con él aquella etapa, que no le importaba sacrificar el ocio cuando tenía que estudiar. Al acabar el colegio, continuó con los estudios de Bachiller en la Academia de Concha Lastra y cursó quinto y sexto en el instituto público de la villa. Ya entonces salía con Carmela, su novia de toda la vida y con la que se casó y son padres de una hija, Elena, médico de profesión. También Carmela era muy estudiosa. A menudo se les veía ir juntos a la biblioteca del Colegio Liceo de Mieres. Eran la pareja ideal .

Mientras que Carmela estudió Filosofía y Letras, Javier Fernández se inclinó por la rama de Ciencias. Es ingeniero de minas por la Escuela Técnica Superior de Oviedo y diplomado en Calidad Ambiental. En 1978 abrió en Gijón, junto con dos socios compañeros de profesión, un espacho de estudios y proyectos de ingeniería. En 1984, se convocaron las oposiciones al Cuerpo Especial de Ingenieros de Minas, al servicio del Ministerio de Industria. Obtuvo plaza y, tras pasar por la escuela de Organización Industrial, obtuvo el traslado a la Dirección Provincial de Cantabria para aproximarse a Asturias. Logró este objetivo tres años más tarde, en 1987, cuando el Principado ya tenía transferidas las competencias en la materia.

Publicidad

En 1985 se había afiliado al PSOE de Gijón, ciudad en la que reside desde 1971. En su trayectoria políca ha sido director general de Minería y Energía; consejero de Industria, Comercio y Turismo y senador en representación de Asturias. Elegido secretario general de la FSA-PSOE en noviembre de 2000, encabezó la lista de los socialistas asturianos a la Junta General en las elecciones autonómicas de 2011, que ganó Foro, y en 2012. Desde entonces, es presidente del Principado.

La abogada con una adolescencia feliz en Villaviciosa

Cristina Coto (Foro). 45 años.

Sí, alguna armé en las Dominicas. Era traviesa de pequeña. Cristina Coto (Sotrondio, 1970), candidata por Foro Asturias a la presidencia del Principado, confiesa con humor que hizo alguna trastada en el colegio de su localidad natal, pero también que siempre le gustó ir a la escuela y fue buena estudiante. Compitió por ser delegada de curso y hasta tenía mi propia banda para lograrlo, relata. Unas veces ganaba y otras, no. Igual que en la vida.

Publicidad

Por diversos traslados laborales de su padre, cursó un año en Caso y, a partir de octavo de EGB hasta COU, estudió en Villaviciosa. Guardo muy buenos recuerdos de toda aquella etapa y los mejores del tiempo que pasé en Villaviciosa, un lugar excepcional para vivir y más aún para pasar la adolescencia. Fue una época muy feliz: los amigos, las fiestas de verano, la playa de Rodiles, ir hasta El Puntal en bici....

Decidió estudiar Derecho. Con dieciocho años, se trasladó a Oviedo y ya me quedé, añade. La facultad ­que estaba entonces en el actual Edificio Histórico de la Universidad, en la calle San Francisco- le impresionó y aún afirma que recuerda como una foto fija las aulas y el patio de tan emblemático lugar. Recién licenciada, llegaron los cursos de doctorado, el acceso al colegio profesional y los inicios en el ejercicio de la abogacía. Siempre me gustó aprender y si en algún momento rebajé la tensión, tuve encima a mi madre. Soy hija de una madre coraje, que me educó en la especial importancia para una mujer de estudiar, de superarse y de ganarse la vida por una misma.

Publicidad

La universitaria que pidió la dimisión de Martín Villa

Mercedes Fernández (54 años). Partido Popular

Un disparo de la Guardia Civil había acabado con la vida de Javier Fernández Quesada, estudiante de Biológicas en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Corría diciembre de 1977 y el deterioro laboral de la isla había ido aumentando progresivamente. La huelga de transportes duraba ya dos meses y éste no era el único paro. También habían decidido paralizar su actividad los empleados del tabaco y los trabajadores del frío industrial. En medio de este descontento, varias organizaciones sindicales (entre las que no se encontraban ni UGT ni CC OO) decidieron hacer un llamamiento a la huelga general en la isla. Aquel 12 de diciembre, tras una asamblea de estudiantes, grupos de universitarios salieron en manifestación y comenzaron los enfrentamientos con la Policía Armada, que pidió ayuda a la Guardia Civil. Las crónicas de la época recogen que efectivos de este último cuerpo dispararon contra la puerta de entrada de la Universidad y el estudiante, que había buscado refugio en el vestíbulo del recinto académico, cayó muerto. Otro alumno resultó herido.

Cuando ocurrieron los hechos, la candidata a la presidencia del Principado por el Partido Popular, Mercedes Fernández (Gijón, 1960) estudiaba primero de Derecho en la Universidad de Oviedo. Y se indignó como les ocurrió a otros muchos compañeros. Prueba de su malestar fue que se subió a un pupitre para pedir la dimisión de Rodolfo Martín Villa, ministro de Gobernación, pese a que ya entonces simpatizaba con Alianza Popular. Curiosamente, los dos coincidirían, en los años noventa, en el Congreso, donde fueron diputados por el Partido Popular.

Publicidad

Antes de iniciar su etapa universitaria, había estudiado en el colegio Santo Ángel de Gijón, donde la recuerdan como una niña inquieta y despierta. De hecho, los profesores le comentaban a sus padres que, como terminaba las tareas antes que los demás, entretenía al resto de los alumnos de clase. Tuvo que llevar aparato en los dientes, que siempre se quitaba para comer el bocadillo y que metía en el bolso del mandilón. Como no paraba quieta, lo perdía con frecuencia y era habitual que la llamaran por la megafonía del colegio para que pasara a recogerlo.

Fue una alumna de buenas notas en todas sus etapas académicas. Nunca se conformaba con un cinco. Obtenía sobresalientes y llegó a sacar matrículas de honor. Con veintidós años, se licenció en Derecho y, mientras preparaba los cursos de doctorado, empezó a ejercer la abogacía. Pronto comenzó también a dar clases en la Universidad, en el área de Derecho Civil. Con posterioridad, se licenció en Ciencias Políticas y en Sociología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), donde impartió las asignaturas de Historia del Derecho y Derecho Procesal.

Noticia Patrocinada

Su trayectoria política se remonta a 1983, cuando le plantearon la posibilidad de incorporarse a las listas municipales de Alianza Popular. Ha sido concejal del Ayuntamiento de Gijón, portavoz del grupo municipal, presidenta del PP gijonés; secretaria nacional del Área de Política Municipal del PP, cargo que le permitió entrar en el Comité Ejecutivo Nacional; diputada por Asturias en el Congreso, delegada del Gobierno en la comunidad autónoma, síndica de cuentas en el Principado y presidenta del PP regional. Para ella, la formación es un camino que no termina nunca, una inversión en tiempo y en esfuerzo que nos hace más libres.

El estudiante de Medicina que fundó una revista

Gaspar Llamazares ( 57 años). Izquierda Unida

Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) llegó a Salinas de muy niño. Con solo dos años. Su familia recaló en el pueblo costero de Castrillón por el trabajo de su padre, médico de profesión, tras haber estado destinado a Torre del Bierzo, Álava, Villamanín (León) y Rioseco (Sobrescobio). Cursó la enseñanza primaria en las Escuelas Nacionales de Salinas. De aquella etapa tiene especial recuerdo de don Manuel, un represaliado republicano que decía que habiendo podido ser un caballero honorario, herido por la patria, prefirió ser un jodido manco. El maestro padecía la enfermedad del sueño, lo que inicialmente dio pie a que sus pupilos armaran jaleo en clase, aunque, poco a poco, se fueron acostumbrando y sirvió para que nos autodisciplináramos, relata Llamazares.

Publicidad

El Bachillerato lo estudió en el instituto de la localidad. Aparte de ser la primera vez que compartía aula con las chicas, comenzó a ser más consciente de la realidad que le rodeaba, pues no solo acudían los jóvenes de Salinas, de clase media, sino también los de Raíces Nuevo, una población obrera, los de Piedras Blancas, Arnao... Era un instituto híbrido, que dio pie a que formáramos grupos interclasistas. Recuerda tanto a sus compañeros y como a sí mismo como jóvenes muy preocupados por la Historia y esa circunstancia nos fue acercando a la política.

Curiosamente, en el instituto llevaban uniforme: Pantalón gris, camisa blanca y jersey azul y en cuarto de Bachiller empezaron a rebelarse y se negaron a llevarlo. Segundo de una familia de seis hermanos, nunca fue un chico travieso, sino responsable y buen estudiante. De estas primeras etapas escolares recuerda a un profesor que tenía una vara a la que llamaba Josefina y que pegaba con ella si alguien se ponía borde o hacía ruido, pero esa metodología de 'palo y tente tieso' no era la habitual.

Publicidad

Llamazares sintió la misma vocación que su padre y decidió estudiar Medicina. Comenzó la carrera en la Universidad Autónoma de Madrid, a finales de los setenta, pero al tercer curso decidió trasladarse a la de Oviedo, donde fue representante de los estudiantes y fundó, con un grupo de compañeros, la revista universitaria 'Bocetos'. Estábamos más interesados en los colaboradores que escribían de Ciencia que en los que lo hacían sobre la propia docencia. Nos sentíamos más cercanos a la medicina social que a la que entonces regía en la Universidad de Oviedo, más centrada en la biología. De hecho, quienes formamos la revista nos inclinamos por las especialidades de Psiquiatría, Medicina de Familia o Salud Pública. Precisamente, el candidato a la presidencia del Principado por IU realizó un máster en Salud Pública en la Universidad de La Habana.

Era universitario cuando ocurrió el golpe de Estado del 23-F. Iba a en un coche y lo escuché por la radio. E inmediatamente fuimos a guardar las fichas de quienes elaborábamos 'Bocetos'. Quisimos protegernos, igual que en Salinas, donde dentro de la Guardia Civil había un número de agentes muy extremista y, por lo tanto, podíamos estar en peligro. Tras el 23-F, todos aquellos que formaban parte de la revista se afiliaron al Partido Comunista, pues considerábamos que era la mejor forma de defender la democraia que, en ese momento, se había visto amenazada. En 1985 se incorporó como docente al Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Santiago de Compostela y, más tarde, a la Unidad docente de Medicina de Familia en Cazoña (Cantabria).

Publicidad

Desde que inició su actividad política en el Partido Comunista con 24 años, ha sido coordinador general de IU en Asturias, diputado por esta formación en la Junta General de Principado y en el Congreso (donde ha ocupado varios cargos, entre ellos, presidente de la comisión mixta para el estudio del problema de drogas). Elegido coordinador general de IU en 2000, desempeñó esta responsabilidad hasta 2008. En 2011, en las elecciones generales encabezó la candidatura de IU por Asturias y es promotor de Izquierda Abierta, nuevo partido integrado en IU con el objetivo de formalizar esta corriente ideológica, que tiende lazos a otros sectores de dentro y fuera de IU para construir un frente amplio de izquierdas y convertirse en la representación política" de la indignación.

El escolar marcado por la reconversión industrial

Emilio León (37 años). Podemos

Desde pequeño fue un niño atento a la realidad social de su ciudad. Nacido en Gijón , el candidato de Podemos a la presidencia del Principado, Emilio León (1977), estudió en el colegio de Tremañes, pero, después, su familia se trasladó al barrio de El Llano y se incorporó al único centro donde entonces pudo matricularse, el CODES, que era concertado. Cursó los dos últimos años de la Enseñanza General Básica (EGB) en el colegio público de El Llano. Cuando se le pregunta por las vivencias de aquella etapa escolar, a Emilio León le asaltan más los recuerdos del exterior que los del interior del aula. Con nueve años y en pleno debate sobre la permanencia o no de España en la OTAN, le preguntó a su abuelo, trabajador de Hidroeléctrica del Cantábrico, sobre la importancia de aquel referéndum. Si lo dice Felipe, es por algo. Cuando el socialista ganó las elecciones, creía firmemente en él. Poco después, se sintió muy decepcionado con aquel PSOE, relata León.

Su padre trabajaba todo el día para sacar adelante su taller de ebanistería y sus tíos lo hacían en el sector naval y Ensidesa, por lo que la reconversión industrial forma parte intrínseca de la memoria de aquellos años. En medio de aquel difícil contexto social, hay un suceso que le marcó. Me impactó mucho la muerte de Raúl Losa, a pocas calles de donde yo vivía.

Se refiere al joven de 19 años que cayó abatido el 23 de octubre de 1984 por un disparo cuando un grupo de manifestantes se disponía a levantar una barricada para oponerse a los planes de la reconversión naval. Losa, que tenía entonces 19 años y estudiaba en el que es ahora Instituto Fernández Vallín, participaba en la protesta, en la calle de Manuel Llaneza, y murió de un disparo procedente del arma de un joyero, que contaba con el correspondiente permiso y que trataba de impedir que los manifestantes utilizaran su coche en la formación de la barricada. Con posterioridad, el autor (que declaró haber sido rodeado por un grupo de trabajadores y agredido) resultó absuelto.

Publicidad

Su madre se volcó en el cuidado tanto de los niños como de los abuelos. Conviví con ellos hasta que fallecieron. Entre sus aficiones infantiles estaba jugar al fútbol en la calle con todos los críos de la zona. La conciencia social que había ido naciendo en él fruto de reivindicaciones de cuestiones básicas no le abandonó en su adolescencia. La 'ley Pertierra', que contó con la oposición de todos los profesores de la enseñanza pública y abría las puertas a la privatización de esta, le hizo reflexionar, como le ocurrió, años después, con el 'Informe Bricall', que recogía las carencias de la Universidad española.

Licenciado en Física por la Universidad de Oviedo, conoció a compañeros de facultades cercanas, en especial, de Pedagogía, pero también biólogos, economistas, estudiantes de Medicina o Derecho, con los que compartió todas estas inquietudes. César Cascante, Esperanza Fernández, de Pedagogía; Miguel Ángel Ramos Osorio, en Física Teórica y Jorge Uría, en Historia Contemporánea, fueron algunas de las personas que influyeron en mí intelectualmente, apunta.

Cursó el doctorado y obtuvo la suficiencia investigadora en Historia y Análisis Social tras una estancia en la ciudad francesa de Rennes. Esta formación le ha permitido impartir clases particulares de materias científicas y también cursos de extensión universitaria y en la Universidad Popular de Gijón sobre historia contemporánea y sociología. Ha cubierto sustituciones como educador en centros de acogida de menores inmigrantes en Oviedo y ha trabajado en la ciudad francesa de La Rochelle como animador social y como limpiador en un centro geriátrico.

Ha participado, entre otros colectivos y movimientos sociales, en el Comité de Solidaridad con América Latina, la Coordinadora Asturiana pola Insumisión; la Corriente Sindical de Izquierda, la Ruta contra'l Racismu y la Represión; el Movimiento Antiglobalización de Asturies, el 15M; el Centru Social La Madreña e Insubordinadas contra la Deuda.

Publicidad

El abogado que quiso ser periodista

Adán Fernández Veiguela (34 años). Unión, Progreso y Democracia

Adán Fernández (Vegadeo, 1980) y candidato a la presidencia del Principado por Unión Progreso y Democracia (UpyD) fue uno de los alumnos a los que le 'pilló ' la aplicación de la LOGSE. Después de terminar séptimo de EGB en el colegio público Jovellanos de su localidad natal pasó directamente a cursar segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el instituto veigueño Elisa y Luis Villamil. El cambio aquel año fue significativo, según recuerda. El centro era más grande, con mayor número de alumnos y el horario también cambiaba. Pasó de tener clase mañana y tarde en el colegio a solo por la mañana, en jornada continua. Pero lo que más le costó asumir es que aquel cambio de ley le dejaba a él y a sus compañeros sin el viaje de fin de curso que se hacía en octavo de EGB y que tanta ilusión le hacía.

Desde niño siempre fue un alumno muy brillante. De hecho, su tutora de sexto de EGB, Carmen Alonso, le dijo un día a su madre que no le suspendía Plástica por no estropearle las notas. El dibujo se le daba mal. Daba igual que fera dibujo técnico o pintar un pollo, recuerda con mucho humor. Así que, en cuanto pudo elegir, optó por no cursar más ni Dibujo ni Tecnología. Hizo el Bachillerato por Letras Puras y fue uno de los alumnos que logró matrícula de honor.

Estudió Derecho, una carrera por la que siempre se había inclinado gracias a la admiración que sentía por un tío de su madre, que trabajaba en Lugo y tenía un despacho de abogados en Vegadeo que abría los fines de semana. Pero el último año de instituto esa decisión llegó a tambalearse. ¿La razón? El taller de radio del IES Elisa y Luis Villamil, que dirigía Arturo Verano, quien años después terminó siendo director general de Recursos Humanos en la Consejería de Educación. Iban a ser las elecciones municipales y me tocó entrevistar a los tres candidatos locales: Servanda García (PSOE), José Luis Prieto (PP) y Fernando Caldín (IU) y, a partir de aquel momento, el Periodismo me enganchó tanto, que quise cambiar. En aquel entonces, las opciones eran ir a Santiago o a Madrid y, sin decírselo a nadie, estuve buscando colegio mayor en Madrid. Cuando se lo comuniqué a mi familia, la decisión causó mucho impacto, porque nunca me había planteado esa posibilidad. Finalmente, opté por Derecho. Con la perspectiva que da el tiempo, creo que lo hice por cobardía. Ahora no lo haría. Estudiaría Periodismo o Magisterio.

Cursó la carrera en Oviedo. Uno de los momentos que rememora con más cariño es el primer día que fue a la facultad a matricularse. Allí, mientras esperaba, conocí a Sandra Fernández, de Navelgas, y desde ese día se ha convertido en la hermana que nunca tuve. Es, además, la madre de mi tercera ahijada, Fabiola, que tiene veinte meses. Comenzó su etapa universitaria en el Colegio Mayor América. Convivir con 80 compañeros de distintos lugares de España y participar en tantas actividades deportivas y culturales convirtieron aquellos años en los mejores de su vida. Al acabar sus estudios, siguió ampliando su formación académica. La irrupción de UPyD en el mapa político le ilusionó y en 2009 decidió afiliarse a la formación magenta. Empezó trabajando como voluntario como responsable de Comunicación y, con la entrada de Ignacio Prendes en la Junta General, pasó a formar parte de su equipo de asesores. Tras la salida del partido de Prendes, la asamblea de afiliados y simpatizantes de UPyD Asturias lo designó, por unanimidad, como candidato de esta formación a la presidencia del Principado.

Publicidad

Su padre vendió una vaca para que pudiera estudiar

Nicanor García (60 años). Ciudadanos

Nicanor García -San Miguel de Nembra (Aller), 1954-, candidato por Ciudadanos a la presidencia del Principado, comenzó sus estudios en la escuela de su localidad natal, cuando los niños -recuerda- íbamos en madreñas. De los ocho a los once años estuvo en la Escolanía de Covadonga. Según rememora, fue una etapa dura, ya que solo podía ir a casa una vez al mes durante vacaciones. Asimismo, a su padre le llevaba un día desplazarse desde Nembra hasta Cangas de Onís para verle. Con posterioridad, estudió en el colegio Corazón de María (Codema) de Gijón. García, que procede de una familia de siete hermanos, relata que, para poder estudiar en el Codema, su padre tuvo que vender una vaca de las dos que tenía por 28.000 pesetas. El curso, al año, costaba 28.500.

Al morir su padre, minero, por silicosis, solicitó una beca de las que se concedían a hijos de trabajadores de la mina fallecidos y se marchó a Tarancón (Cuenca) para cursar lo que le quedaba del Bachillerato y COU.

También con beca estudió Filología Francesa en la Universidad de Salamanca. Acabó en 1970 y preparó las oposiciones de profesor agregado de Bachillerato. Primero trabajó en el IES de Mieres y, después, en el IES de Guardo, en Palencia. Más tarde, decidió presentarse a las oposiciones para ser catedrático y consiguió su objetivo. Se convirtió en catedrático de Francés a los treinta años. La docencia le llevó a desplazarse hasta Castro Urdiales, donde impartió clases en el instituto del pueblo cántabro, y, de vuelta a Asturias, fue profesor en el IES Aramo.

En su afán por continuar adaptándose a los tiempos, hizo un máster de Nuevas tecnologías aplicadas a la educación y, a raíz de esta formación, trabajó cinco años en el Centro de Profesorado y Recursos (CPR) de Gijón, un lustro el Ministerio de Educación y ocupó varios cargos en los diez años que permaneció en la Consejería de Educación. Ha dado conferencias sobre educación por diversos países del mundo y recientemente se ha jubilado de la docencia.

Publicidad

Aficionado al ciclismo y la canción como integrante del Coro Minero de Turón, está casado y tiene dos hijas (una médica y otra ingeniera de Telecomunicaciones) que estudiaron siempre en la escuela pública, cuyo sistema educativo, defiende, funciona. Por eso, afirma, le joroba el cliché de desprestigio que, en ocasiones, soporta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad