El ejercicio físico y mental, pero en compañía, clave para atenuar el declive cognitivo

Lo mejor para que uno llegue a anciano en plenas facultades es llevar una vida activa. Pero los resultados son mucho mejores si el ejercicio físico y mental se lleva a cabo de una forma combinada y, además, en un ambiente que propicie las relaciones sociales. Es lo que, tras años de investigación, sostiene Soledad Ballesteros, doctora en Psicología que ayer abrió las jornadas sobre envejecimiento activo que se celebran hasta hoy en la facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo.

«Se ha visto que mantener interrelaciones sociales es vital. Es importante no aislarse socialmente». Por eso, ir a clases de baile y apuntarse a un club de lectura son opciones más que válidas para obligar a las personas mayores a salir de casa, moverse y mantener activa la mente. Aprender a tocar un instrumento y un segundo idioma son otras recomendaciones para frenar el declive cognitivo.