El efecto búmeran del exilio asturiano

Desde ayer y hasta el próximo 12 de julio, los 19 estudiantes «se empaparán de la cultura, de la tradición y, también, de las oportunidades profesionales que tiene el Principado y quién sabe si plantearse un futuro en la región», explicó la directora general de Migración, Olaya Romano. Un mensaje que amplificó la vicepresidenta del Gobierno, Gimena Llamedo, encargada de inaugurar la cita académica, «que incluirá, además, visitas a los lugares más emblemáticos de la región». Según aseguró, «el objetivo es que conozcan que Asturias es una tierra acogedora, a la que cada vez más gente viene a vivir». Y si, antes, necesitan seguir curando sus estudios, el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, dejó claro que «la Universidad de Oviedo es su universidad y que Asturias es una región de acogida».

Un mensaje que compraron los alumnos. «Mi sueño es poder vivir en Asturias», insistió Jesús Vega. Estudiante chileno de Turismo, la de ahora es su primera visita en profundidad a una región que conoce «perfectamente porque mi abuelo, que todavía vive, nos ha educado en su tradición y en su cultura». A sus 93 años su abuelo «tiene muy claros los recuerdos de su familia en Narganes, cerca de Panes», así como aquel día en el que «su familia le llevó al puerto de Santander para que emigrara a Chile». Su nieto tiene ahora una doble misión, asistir al campus y conocer «a la única hermana que le queda, de los 11 que eran, a mi abuelo. Tiene 97 y está muy bien», señaló.

De Cuba quiere volver Laura María Álvarez. Estudiante de Química, a ella la asturianía le llega «por mi tía abuela, ya que el que emigró fue mi bisabuelo, al que no conocí». Pero su tía abuela sí le ha mostrado «muchas fotos de su vida en Infiesto», localidad que espera visitar ahora, aunque ya no quede nadie de su familia en la zona. Una ausencia que espera solventar ella: «Me gustaría vivir aquí».