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«En Asturias, hay noches en las que un educador está solo con hasta 15 adolescentes. Pero también con 10 y con 8». ... La aseveración de Ignacio García choca con la afirmación de la consejera de Derechos Sociales y Bienestar. «En Asturias no cabe que esté una persona sola en los centros de menores. La ratio es de un profesional para cada cuatro usuarios», aseguró Marta del Arco, quien afirmó que en las mañanas y en las tardes «hay hasta cinco profesionales por turno». ¿Quién miente?
«Ninguno», precisa el portavoz de la Secretaría de Enseñanza Privada y Servicios Socioeducativos de CC OO en Asturias. «La consejera habla de turnos de mañana y tarde, pero omite la noche, y ahí es donde nos encontramos con casos de un compañero o una compañera solos para grupos grandes». Algo que ocurre «en los centros de menores privados, los que gestionan entidades sin ánimo de lucro concertados con el Principado».
García encabezó una concentración de protesta que, bajo el eslogan ¡Basta de agresiones. Trabajar no te puede costar la vida!, se celebró ante la sede de CC OO en Oviedo. Los participantes quisieron homenajear así a Belén Cortés, la auxiliar educadora asesinada en Badajoz por tres de los cuatro menores a los que atendía en una casa para adolescentes tutelados, una tragedia que ha puesto el foco en el funcionamiento de los equipamientos en los que residen los menores tutelados a los que protege la Administración.
«Hay que tener en cuenta que unos son centros para menores protegidos, que no tienen ninguna medida de limitación de movimientos», explica, y «otros centros en los que residen menores que cumplen algún tipo de condena». Si es de régimen cerrado, viven en Sograndio. Si tienen régimen de semilibertad, viven o un centro público o en otros que gestiona una entidad sin ánimo de lucro. «Y ahí está el problema, en que no se les obliga a ningún ratio de personal».
Porque, como explica Ignacio García, «la ratio de la que habla en la consejera es solo obligatoria para los centros públicos». En el concierto con las entidades privadas, «solo se hace referencia a un reglamento de 2002, que está completamente desactualizado». Lo habitual, insiste, «es que en estos centros, por la noche haya solo un profesional» y eso, apunta, «no es seguro».
La situación de estos profesionales «es complicada. Hay muchas bajas por estrés, ya que la carga de trabajo es mucha y muy intensa». Recuerda que «esos centros son las casas de los menores, en los que se intenta solucionar los problemas que les llevaron allí». Sin embargo, la tasa de abandono «de los profesionales es muy alta, ya que las condiciones laborales no son las adecuadas y, en cuanto al sueldo, hablamos de poco más del salario mínimo interprofesional». En esa línea, también reclaman que se cumpla el convenio colectivo. «Como los acuerdos con las entidades sociales van por licitación, no se han adaptado los sueldos al nuevo convenio, algo que no es justo para los trabajadores».
Mientras CC OO enmienda la plana a Marta del Arco en cuanto a los centros de menores privados, CSIF hace lo propio con los públicos. «No puede decir que no cabe que una persona esté sola, porque eso nos pasa muchas veces». La portavoz, Élida Vázquez, recuerda que «cuando aún era directora general de Infancia, nos dijo que iba a evitar que eso volviera a pasar, con lo cual confirma que era algo que sucedía. El problema es que sigue sucediendo».
Según sus cifras, que han sido presentadas a la Consejería, «en febrero, hubo siete días en los que una profesional estuvo sola durante las noches». En el último semestre de 2024 «eso pasó durante 30 días». Las causas hay que buscarlas en la dotación de las plantillas. «Están todas a mínimos, así que si alguien se pone enfermo o disfruta algún descanso, una persona se queda sola».
Una situación, la soledad, que no ocurre durante el día «pero tampoco hay cinco o cuatro profesionales por turno, como ella ha dicho. Estamos a mínimos muchas veces y eso se traduce en tres profesionales». La solución para que las noches no sean cosa de una sola persona «solo la encuentran pagando horas extra, que es un disparate por los costes». Además de caro, «no soluciona nada, porque las horas extra las piden a primera hora de la noche o a primera de la mañana, para ayudar cuando se acuestan y, luego, cuando se levantan».
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