«El alumnado de necesidades educativas está llamado a la segregación»

Cuenta Ester García, de SUATEA, que lamentablemente Asturias «se ha acostumbrado a esta dinámica, se ha normalizado que no haya personal, y que el trabajo lo vayan salvando los especialistas, con un alto coste para ellos y para el alumnado».

Cuando se habla de atención a la diversidad, se habla en realidad de dos grupos de alumnos. Por un lado, los de Necesidades Educativas Especiales, NEE y, por el otro, los de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE). Las últimas cifras oficiales indican que en Asturias hay más de 17.000 niños y niñas con algunas de estas necesidades. Algo más de 6.000 son NEE, con necesidades asociadas a algún tipo de discapacidad o trastorno grave. El resto son NEAE, un concepto que incluye las altas capacidades intelectuales, la integración tardía en el sistema educativo, el retraso madurativo, los trastornos leves y moderados del desarrollo del lenguaje, los trastornos de aprendizaje, el desconocimiento grave de la lengua, las situaciones de vulnerabilidad socioeducativa y los trastornos de atención.

Son los informes oficiales de los orientadores los que determinan esas 'etiquetas' y el apoyo que el alumno necesita, que básicamente pasa por los especialistas de Audición y Lenguaje (AL) o Pedagogía Terapéutica (PT). Dicen los especialistas y las familias que el primer obstáculo viene ahí, en la tardanza en lograr dicho informe y que ese apoyo llegue. Y cuando llegan, lamentan «no son suficientes».

Han hablado hoy de «falta de criterios transparentes» a la hora de adjudicar los recursos, de la ausencia de un Decreto de Atención a la Diversidad en Asturias, documento que lleva «años en un cajón» sin ser tramitado. «¿Podremos creer que una comunidad que no se preocupa por desarrollar una legislación en la que es especifique cómo atender a la diversidad puede ser un referente en este ámbito?», se preguntan.

Los tres colectivos denunciantes tiene clara una idea: «Los especialistas de atención a la diversidad deberían formar parte de las necesidades estructurales de los centros«, esto es, defienden que cada colegios debería contar siempre con un especialista AL y otro PT a jornada completa. Para empezar para llevar a cabo la prevención. Y, una vez que se detecten las necesidades, para poder actuar con prontitud.

Tal y como funciona ahora el sistema, la prioridad siempre son los alumnos con NEE, por lo que los de otras necesidades educativas «reciben apoyo si sobra tiempo». La cuestión es que «nunca sobra». Porque habla Ester García de muchos profesionales a media jornada, itinerantes, que pueden cubrir hasta tres centros muy distantes entre ellos. «Es imposible atender así al alumnado, con una jornada de 10 horas». Lamentan dos situaciones especialmente críticas. Por un lado, la del alumnado de la zona rural. Y, por el otro, la del alumnado que no conoce nuestra lengua y que debe acudir a las aulas de inmersión lingüística, «con personal insuficiente».

En SUTEA son especialmente críticos con la partida que la Consejería de Educación destina a la escuela concertada. «107,5 millones de euros mientras dejan sin atender al alumnado vulnerable en la pública».