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E. RODRÍGUEZ
GIJÓN.
Domingo, 13 de marzo 2022, 02:01
Andrea Arboleya se debate entre estudiar Arqueología o Historia. Iyana Fernández ni lo duda: quiere ser policía nacional. Y Carolina González, peluquera. Con vocaciones tan distintas, las tres amigas, de Nava, tienen claro que «la informática vale para todo». Dispuestas a aprender y «experimentar cosas nuevas», se inscribieron en la Olimpiada de Ingeniería Informática que organizan los colegios oficiales de esta disciplina en Asturias junto con la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI) y la de Ingeniería Informática de Oviedo.
Son tres de los 120 alumnos de Secundaria, Bachillerato y FP que participan en esta úndecima edición. Proceden de veinte centros de la región. Ayer, en Gijón, Oviedo y Avilés tuvieron lugar las pruebas por equipos y la individual, mientras que la de robótica se celebrará dentro de una semana. «Ha sido bastante interesante», indicaban al salir de la EPI Eloy Iraizo y Mikel Echevarría, compañeros también del IES Peñamayor de Nava y estudiantes de primero de Bachillerato. «Hemos tenido que idear un videojuego de mesa», detallaba sobre el primer reto Echevarría, quien en su caso sí quiere estudiar una carrera relacionada con la Informática.
«Nos daban una base y teníamos que jugar con letras, números y emoticonos», añadía. «Nosotros hemos diseñado un juego en el que participan tres jugadores sobre un tablero de 30x20 y dos tenían que llegar al medio y otro defender. Hemos tenido una hora. En ese tiempo ha sido un poco difícil», indicaba.
Andrea, Iyana y Carolina crearon otro en el que si uno responde bien a una pregunta sobre informática, la rana de su juego avanza. Si no, se cae al lago. Lo han llamado 'Computer Frog'. Pablo Aramendi, Jorge Alonso y Xurde de los Bueis, de cuarto de la ESO del IES de Candás, se basaron en 'Risk' para crear el suyo e «ir conquistando territorios de los enemigos con las tropas».
Después llegaría la segunda prueba por equipos: responder a diez preguntas a partir de «una tabla de valores enorme de Excel» centradas en la producción de automóviles. Cuál fue el coche más caro de un año o cuántos de color negro se produjeron de una determinada marca eran algunas de las interrogantes que tenían que acertar a partir de todos esos números.
Más tarde llegarían otras diez sobre informática en las que debían averiguar la respuesta utilizando internet. La dificultad, claro está, estribaba en que no eran preguntas directas, sino que había que investigar un poco más. De esta manera, la organización comprueba la destreza con el uso del navegador.
Pasadas las doce del mediodía, llegaría la prueba individual. A partir de un reto -entre los sencillos, cómo subir una escalera- tuvieron que idear el algoritmo que lo resolvía e «implementarlo en algún lenguaje de programación». «Se trataba de descomponer un problema en soluciones pequeñas». «Saber trabajar en equipo» fue el aprendizaje más valorado por los jóvenes, además de «aprender a usar el ordenador más rápido». La experiencia, coinciden, «muy recomendable» y animan a participar en la próxima edición.
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