A. FUENTE
MORCÍN.
Viernes, 28 de junio 2019, 03:23
En plena comarca del Caudal, en Morcín, se puede encontrar una granja especial de gallinas. Es el paraíso de estas aves que viven prácticamente en libertad, y están bien cuidadas y mimadas. Todo con un único objetivo: poner huevos de la máxima calidad. Hay ... una población de medio millar que vigila Sari González, una de las socias propietarias que impulsó este proyecto empresarial llamada Ecopitas. «A las seis de la mañana, después de poner y de su desayuno, abrimos las portillas de la nave para que puedan salir al prau. Hasta después de las siete de la tarde, que tienen que regresar», explicaba. ¿Pero qué sucede cuando hace calor? Al mediodía, en el exterior de las instalaciones había casi treinta grados. Un horno del que huyen. «Salen un poco a primera hora y, cuando pega el sol, regresan ellas solas al interior porque hay unos agradables veinte grados. Son la mar de listas», aprecia.
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Les gusta mucho la lluvia y las temperaturas suaves. «Salen mucho de la nave cuando está jarreando; lo que no soportan es el aire, y enseguida regresan al interior», explica Sari González.
En esta granja se puede apadrinar una gallina, ponerle un nombre y recoger los huevos por una cuota mensual. «En jornada de calor, beben mucho más; y eso se nota después en los huevos, que tienen más agua y salta un poco el aceite a la hora de freírlo en la sartén». Eso sí, el producto sigue siendo de primerísima calidad, dice.
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