Chloe tiene cinco años, la cabeza rapada al cero y una sonrisa que lo ilumina todo. Desde que le diagnosticaron leucemia, para su padre, Pablo Braña, los días se dividen en dos grupos: «los malos y los menos malos». Mientras Chloe juega y canta, vestida ... de princesa, junto a pediatras y voluntarios, en los ojos del progenitor se adivina el remolino de los porqués sin respuesta, la constatación temprana de lo injusta que es a veces la vida. Por eso y porque hasta los mayores se quedan sin fuerzas para enmascarar su impotencia, el acompañamiento hospitalario adquiere especial importancia. «A veces tanto para el menor como para la familia, el ingreso se hace cuesta arriba y es importante incorporar actividades que favorezcan la desconexión», ha explicado Corsino Rey Galán, director del área de gestión clínica pediátrica del HUCA.
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A las afueras del edificio, sobre los ventanales cristalinos del hospital, otean unas cuantas cometas de colores conmemorando el Día Mundial de la Infancia Hospitalizada. Todo ello como colofón de un emotivo acto a cargo del equipo de trabajadores sociales y de Aulas Hospitalarias del HUCA, en colaboración con voluntarios de Cruz Roja, Narices Azules y Asociación Galbán. «Elegimos las cometas para que nos les quitemos nunca las ganas de volar», ha añadido Rosa García Prado, coordinadora de las Aulas Hospitalarias.
Ahora mismo hay cincuenta niños de entre 0 y 18 años ingresados en el HUCA. A lo largo del pasado año, hasta 1.980 menores entraron en planta de hospitalización y 3.347 recurrieron a los servicios del hospital de día. Unas cifras que refuerzan la importante labor llevada a cabo por voluntarios como Noelia, terapeuta ocupacional y voluntaria de la asociación Narices Azules. «Los peques agradecen mucho poder evadirse, aunque solo sea 10 minutos, de la seriedad de un entorno hospitalario», cuenta esta joven que cuando se convierte en payaso deja de ver la enfermedad, para ver al niño, sus ilusiones y sueños. Talleres, juegos, cuentacuentos... un sinfín de actividades para echar a volar la edad de la inocencia.
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