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Este domingo se celebra el Día Mundial del Corazón. Y dada la importancia vital de que este órgano se mantenga sano para que funcione todo lo demás, la Sociedad Asturiana de Cardiología, de la mano de un grupo de sanitarios, ofreció en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo una serie de ponencias y talleres abiertos a todo el público para trasladar a la población las herramientas básicas para cuidar su corazón.
El doctor Pablo Avanza, afirmó en la inauguración que es imprescindible saber cómo actuar cuando una persona está sufriendo un infarto y cuáles son los factores de riesgo que pueden causarlo. Para explicarlo, la enfermera del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Ángela Herrero Valea, arrancó el coloquio. «Ya desde 1974 se decía que nuestra salud estaba determinada por cuatro factores fundamentales y sólo uno de ellos depende exclusivamente de nosotros: hablamos del estilo de vida», señaló la enfermera, que también comentó que es necesario mantener una alimentación adecuada «basada en una dieta mediterránea, hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio al día, usar poca sal en las comidas, no fumar y evitar situaciones de estrés». Todos estos factores, destacó, están estrechamente vinculados a la salud cardiovascular.
«La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en el consumo elevado de frutas, verduras, hortalizas, legumbres y cereales, incluyendo pescado y aceite de oliva como fuente principal de grasa para cocinar, y que es esencial para la salud del corazón», explicó Herrero. También añadió que es importante evitar los alimentos procesados y la bollería industrial, así como no consumir alcohol.
«Tampoco debemos fumar si queremos que nuestro corazón esté sano porque el hacerlo tapa las arterias coronarias. Debemos evitar el sedentarismo y es necesario también evitar el estrés y hacerse controles periódicos de niveles de glucosa, colesterol y tensión arterial, pues estos últimos tres son factores de riesgo silenciosos, ya que no generan dolor, pero afectan el corazón», señaló.
En cuanto al consumo de frutas, la enfermera aclaró que se recomienda ingerir dos o tres raciones de fruta diarias, ni más ni menos «porque todos los excesos, así sea de fruta, son malos», zanjó.
El enfermero Juan S. Ruiz, continuó el programa de ponencias, pero no habló de la salud cardiovascular sólo desde la experiencia profesional, sino desde la experiencia personal. Él mismo experimentó hace tres años un infarto, que le llevó a cambiar su estilo de vida por completo. «Hace tres años sufrí un infarto, un sábado por la tarde, cuando estaba con mi mujer en Parque Principado. Para sufrir un infarto vas acumulando factores de riesgo, es decir, vas sumando papeletas, y en mi caso las papeletas ya eran muchas», recordó emocionado el enfermero del HUCA, y continuó: «Fui fumador durante 30 años y era hipertenso. Realmente no entendemos la dimensión del daño que hace fumar al corazón hasta que vivimos un susto», relató.
Actuar rápido es primordial para salvarse de un infarto. Según explicó Ruiz, es importante actuar con rapidez una vez se reconocen los síntomas, que habitualmente pasan por dolor en el pecho (una sensación muy fuerte de opresión), sudar frío, fatiga, aturdimiento o mareo, náuseas y falta de aire. «Es importante que el tiempo que transcurre entre el momento de presentar síntomas y acudir a un hospital sea el mínimo posible. Lo que se aconseja es llamar al 112. Pues si tenemos estos síntomas no es aconsejable conducir o ir a un centro de salud por cuenta propia. Sólo debemos llamar inmediatamente a los servicios de emergencias», explicó el enfermero.
Después de vivir un infarto, según contó Juan Ruiz, «siempre se vive con el miedo de que vuelva a ocurrir. Por eso cuando supe que me había salvado, me replanteé toda mi vida. Dejé de fumar y empecé a tener hábitos más saludables. En mi casa ya no se come con sal desde entonces», indicó.
Pero, por su puesto, para lograr generar buenos hábitos y trabajar en la prevención, comentó Ruiz, es imprescindible vencer las barreras que nos impiden llevar un estilo de vida más saludable: la falta de tiempo, la falta de motivación, no tener apoyo, sentir miedos y dudas. «Trabajar en la prevención siempre será lo más difícil porque es la propia persona quien tiene que responsabilizarse de su salud y tener conciencia de que para evitar infartos o una mala salud cardiovascular en el futuro, las cartas están en sus manos», concluyó el experto.
Durante la jornada también se llevaron a cabo talleres prácticos de reanimación cardiopulmonar, de factores de riesgo o de dispositivos implantables.
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