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Daniel Fernández
Oviedo
Viernes, 3 de mayo 2024, 20:47
El 3 de mayo no está dedicada a ella, pero indirectamente sí. Hablamos de la democracia, la única herramienta que los ciudadanos tenemos para ser libres. Y nosotros, los periodistas, somos actores imprescindibles para garantizar la pervivencia de la democracia. Por eso, cada 3 de ... mayo se celebra el Día Internacional de la Prensa. Y este año cobra especial relevancia porque están siendo muchas las amenazas que se ciernen sobre nuestra profesión. Sí, porque la libertad de expresión está en riesgo; sí, porque nosotros, los profesionales de los periodismo, necesitamos de respaldo social y nuevas leyes y sí, porque es verdad que matan a los reporteros. Y a todas estas amenazas a las que se enfrenta el periodismo habría que sumar la crispación que reflejan las actuaciones y declaraciones de los políticos, rendijas por las que se escurren los bulos y noticias falsas, virus que carcomen nuestras instituciones democráticas.
Esta tarde los periodistas hemos salido a la calle de las principales ciudades para revindicarnos como el muro de contención contra la «manipulación de la ciudadanía» y para poner en valor nuestro trabajo y nuestra función de garantes de la democracia. Los periodistas asturianos, convocados por la Asociación de la Prensa de Oviedo (APO), el Colegio Profesional de Periodistas de Asturias y Amnistía Internacional Asturias, se concentraron en la Plaza de la Escandalera para defender, una vez más, el derecho fundamental a la libertad de expresión. Pero, también, para denunciar las dificultades que están sufriendo los y las profesionales del periodismo que trabajan en zonas de conflicto.
Abuso de poder
Los periodistas afrontamos día a día numerosos peligros. Están en la calle, en gobiernos corruptos, en las guerras, en el mal uso de las nuevas teconologías, en el abuso de poder... Pero también en la desinformación, en la falta de fuentes fiables, en los bulos... El pasado año, según el Comité para la Protección de los Periodistas, un total de 99 periodistas y trabajadores de medios murieron en todo el mundo. Más de tres cuartas partes de estas víctimas en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza. Sí, las balas, los misiles y las bombas también sirven para silenciar a quienes cuentan la sinrazón que es una guerra.
Pero hay otras 'balas' que ponen en riesgo nuestra voz: las injerencias políticas y económicas. Así lo apuntó el Parlamento Europeo el pasado mes de marzo, dando un paso al frente en defensa de la libertad de prensa y del periodismo aprobando una nueva legislación para proteger a los profesionales y medios de comunicación.
Bulos y noticias falsas
Los periodistas y medios de comunicación españoles no estamos exentos de todos estos riesgos. Y por ello, en la concentración de esta tarde en Oviedo se leyó un manifiesto elaborado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) con doce puntos en los que reivindicamos nuestra profesión como valedores de la democracia y como el único freno a la desinformación y a las noticias falsas que tanto daño están causando a nuestra profesión y a la democracia.
En este manifiesto, los periodistas exigimos a los grupos políticos que acaben con la «crispación» que reflejan en sus actuaciones y declaraciones. También les instamos a que cesen en los «ataques a la prensa y a los periodistas para acallar las voces críticas». También advertimos del «peligro» que supone para la sociedad los «discursos de odio» y, por ello, pedimos a los grupos políticos e instituciones que «hagan siempre información veraz desde sus gabinetes de comunicación y no difundan noticias falsas o manipuladas» única y exclusivamente para sus intereses.
Labor del periodista
A los políticos no les gusta que los periodistas perguntemos. Pero nuestra labor es precisamente esa, preguntar y repreguntar, investigar y denunciar los comportamientos irregulares. Por ello las FAPE recuerda a los partidos y gobernantes que esta es nuestra tarea principal, así como que el pluralismo es «indispensable para el buen funcionamiento» de las sociedades democráticas. «Si la obligación de los periodistas es preguntar, la de los dirigentes y representantes públicos es la de someterse a las preguntas de los profesiones de los medios de comunicación», recalcan la Federación en su manifiesto. Por eso, los periodistas denunciamos los «ataques al libre ejercicio» de nuestra profesión con determinadas «práctcias antidemocráticas», como son los señalamientos y campañas de acoso on line, la exclusión de medios y periodistas de las convocatorias de los partidos o instituciones, las comparencias sin preguntas o los «intentos de imponer preguntas».
También los periodistas nos ponemos deberes. No podemos obviar nuesto compromiso con la verdad. Por ello, la FAPE pide a los profesionales de la información que ejerzan su función de control de los poderes «y eviten el contagio de la polarización política». Eso nos obliga a estar «vigilantes y ser críticos con lo que hacen los gobernantes y no colocarse en trincheras prescindiendo del principio de que el periodismo debe lealtad a los ciudadanos». También reclama a los profesionales del periodismo que no se conviertan en «activistas al servicio de causas ajenas a la información» y que aseguren la regeneración de los «principios éticos y deontológicos» de la profesión, que es el único camino para recuperar la confianza de los ciudadanos.
En este sentido, los periodistas reivindicamos la necesidad de la «alfabetización mediática» como arma para luchar contra la desinformación. Cabe recordar que el Parlamento Europeo ha instado a incluir la «alfabetización mediática» en el sistema educativo a todos los niveles. Es decir, que la lectura de los periódicos forme parte de los sistemas de educación.
¡Sin periodismo no hay democracia!
Los periodistas, como decíamos al inicio, somos los garantes de la democracia. Por ello, si la pensa no encabeza la lucha contra desinformación y la polarización «se facilitará la manipulación de la ciudadanía» y los ataques a los profesionales de la información. «Si no hacemos de muro de contención, los bulos y las mentiras crecerán sin freno. Somos nosotros los que tenemos que sostener los principios del buen periodismo basados en la búsqueda de la verdad, el contraste de las informaciones, la verificación de las fuentes, la contextualización de la información y el respeto de los derechos de los ciudadanos». Por este motivo, los periodistas instamos a los gobiernos, partidos y sociedad en general a que se sumen a la «firme defensa de la libertad de prensa» como medio imprescindible para fortalecer la democracia. Porque sí, ¡sin periodismo no hay democracia!
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