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CARLA VEGA
Martes, 10 de mayo 2022, 12:30
Un hombre de 40 años ha sido detenido en Grado como sospechoso de haber provocado, de forma imprudente, el asesinato de su madre. Durante la noche del lunes, el 112 recibió una llamada desde el domicilio de la fallecida, situado en el número 4 de la travesía El Cabo, hasta donde se trasladó personal del centro de salud para prestar los servicios de primeros auxilios. Fue a las 22 horas cuando se avisó a la Central Operativa de Servicios (COS) de la Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo tras no certificar el médico la muerte natural de la mujer, de 69 años.
Fue entonces cuando se trasladaron hasta el lugar de los hechos el Equipo Territorial de Policía Judicial de Oviedo (ETPJ), el Equipo de Delitos contra las Personas y personal del Laboratorio de Criminalística de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Oviedo (UOPJ), junto con el Médico forense y el Juez de Guardia de Grado.
Una vez in situ y tras las comprobaciones pertinentes, y tras hablar con varios testigos, los agentes de la Guardia Civil comenzaron a barajar la posibilidad de que las causas de la muerte fuesen violentas tras una discusión familiar. Se procedió a la detención del hijo de la fallecida, de unos 40 años, acusado de un supuesto delito de homicidio por imprudencia.
Fue trasladado a las dependencias de la benemérita en Oviedo, donde está siendo interrogado para tratar de esclarecer lo sucedido. El cuerpo de la fallecida fue trasladado al Instituto anatómico forense de Oviedo para realizarle la autopsia durante la mañana de hoy.
Los vecinos de Grado aún están consternados por la noticia. Dicen de A. M., el hijo de la fallecida, que «a pesar de haber tenido algunos problemas con la bebida hace algún tiempo, ahora se le veía mucho mejor. Para a saludar siempre y se le notaba en la cara que se cuidaba más», expone una vecina de un bloque cercano al lugar en el que ocurrieron los hechos. «Últimamente se le veía haciendo más cosas. Tenía pareja, subía a sus redes sociales dibujos, porque le encanta el mundo del tatuaje y se le da muy bien, y se le notaba el cambio. Además, siempre se preocupaba mucho por su madre, la acompañaba al centro de salud y paseaba con ella. Es una situación muy extraña», agrega otro vecino, que regenta un local de alimentación en la zona.
A. M. residía con su madre y su padre, taxista ya jubilado, en esta vivienda de la travesía El Cabo. Una familia muy conocida en Grado, de donde son «de toda la vida. A él y a su hermano les veía mucho cuando eran más crios, jugaban con mis hijos», añadió otra vecina.
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