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No está siendo 2024 el año del turismo rural asturiano. En realidad, no lo está siendo ninguno desde la pandemia. Tal y como adelantó EL COMERCIO, la joya de la corona de los alojamientos del Principado, una fórmula de la que Asturias fue pionera ... en todo el país, ha frenado en seco el crecimiento continuo que mantenía. Llegó a cerrar su mejor ejercicio, el de 2019, con 755.252 pernoctaciones comercializadas entre enero y agosto. Este año, en ese mismo periodo la cifra es muy inferior: lograron vender 700.611 estancias.
Una cifra que no solo se sitúa un 7% por debajo de la lograda en el último año antes de que la covid paralizara al mundo, sino que también es inferior a la registrada por hoteles y casas de aldea el año pasado. Hace doce meses, hasta el 1 de septiembre el número de pernoctaciones del turismo rural llegó a 744.938. Este año, un 6% menos. Desde 2019, se han perdido 6.830 estancias cada mes. En el último año, la resta ha sido de 5.540 pernoctaciones cada mes.
Una caída que sitúa a la oferta rural a la cola del resto de alojamientos. Pese al gran volumen de su capacidad, que supera las 19.000 plazas (19.017 según el último dato oficial), el turismo rural asturiano es el que menos clientes ha tenido hasta el 1 de septiembre pasado.
Así, de los 2.037.875 turistas que pasaron por la región entre enero y agosto, cifra que supone un crecimiento del 4%, la mayoría optó por alojarse en un hotel. De hecho, ha sido el alojamiento urbano el que ha evitado que la caída del turismo rural trajera consigo un descenso general. Además de crecer un 4% en turistas, la región ganó un 2% en pernoctaciones, con 5.010.501 vendidas entre enero y agosto.
Por sectores, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE) los hoteles asturianos no solo siguen siendo el motor turístico de la región, sino que van a más. En ocho meses alojaron a 642.240 personas, un 3% más que el año anterior. También mejoraron su rentabilidad, con 2.158.880 estancias vendidas, un 2% más.
Le siguen los campings, que son los grandes beneficiados del cambio de tendencia de los viajeros tras la pandemia. En ocho meses alojaron a 405.263 personas, un 3% más, y han vuelto a superar el millón de pernoctaciones: llegaron a 1.217.804, un 2% más en doce meses.
Incluso los apartamentos turísticos, alojamientos profesionalizados que no tienen nada que ver con las Viviendas de Uso Turístico (VUT), que gestionan los propietarios, han tenido más clientes que los alojamientos rurales.
Pese a que solo tienen 7.108 plazas en Asturias, los apartamentos turísticos recibieron a 329.722 turistas, un 3% más que el año pasado. No lograron, sin embargo, superar su récord de pernoctaciones, ya que comercializaron 867.673, un 3% menos que entre enero y agosto del año pasado.
Los alojamientos rurales, que mejoraron su resultado un 1%, solo alojaron a 222.572 personas que compraron las 700.611 estancias ya citadas, que suponen un 6% menos que el año pasado y un 7% menos que en 2019.
Las alertas, que llevan encendidas en los últimos años, se agudizaron este verano. Ha vivido el turismo rural el peor mes de agosto de los últimos años, con solo 63.250 turistas, un 6% menos que el año pasado y por debajo, también, de la registrada en 2018. Una caída mayor aún en pernoctaciones: las 268.097 de agosto son un 9% menos que las de 2023. Y la peor de su historia.
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