Los dos coches que descarrilaron, siendo inspeccionador por los operarios de Adif en las inmediaciones de San Andrés del Rabanedo. J. L. B.

Odisea ferroviaria: el autobús que rescató a los viajeros del tren descarrilado se averió a los 200 metros

Los usuarios llegaron a destino con casi hora y media de retraso y agradeciendo la ayuda recibida

R. MUÑIZ

GIJÓN.

Martes, 4 de mayo 2021, 04:54

A las 9.45 horas el Alvia Madrid-Gijón 130.034 acababa de salir de León y circulaba con 40 viajeros a bordo, cerca de San Andrés del Rabanedo. El convoy estaba pasando por un desvío o cambio de agujas, a menos de ... 50 kilómetros por hora, cuando algo falló y los dos últimos coches del convoy no pudieron seguir su camino natural. Terminaron con los rodales fuera de la vía.

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Inmaculada Garabaya estaba en el coche 7. Se había subido al Alvia en Valladolid y apenas notó el incidente. «Estuvimos como 20 minutos parados cuando vino el maquinista, un poco nervioso, a pedirnos disculpas. Nos ofrecieron agua y llamar al médico si alguien lo necesitaba», recuerda. Renfe estaba ya aplicando el protocolo. De inmediato se dio aviso al Cuerpo Superior de Policía, a los operarios de circulación, a la empresa Grupo Romerías para que dispusiera un autobús con el que poder terminar el viaje.

«La gente que iba en los vagones que descarrilaron sí lo notaron, el resto, no», confirma Enol Cáceres. Se embarcó en Madrid e iba con tiempo para hacer un curso en el centro Jovellanos, en Veranes. «Cuando ocurrió yo estaba durmiendo y ni me enteré», confirma otra afectado.

Los agentes cortaron la valla que protege las vías para facilitar la evacuación y el personal de Renfe echó una mano con el traslado de las maletas. Todos los consultados destacan el buen hacer del personal de la operadora, colaborador y tranquilizando a quien se ponía nervioso.

«Ahí empezó el siguiente capítulo», acota Garabaya. Los viajeros habían dispuesto las maletas y subido al autobús cuando, tras unos 200 metros, escucharon un estruendo y vieron pararse el vehículo. «Nos preguntamos si habría atropellado a un perro». El problema se localizó en el motor, que aparentemente perdió una biela y quedó inutilizado.

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La empresa llamó de inmediato a un segundo conductor para que cogiera otro autobús. «El pobre lo debieron coger de sorpresa y no sabía bien por dónde entrar a Oviedo ni cómo llegar a la estación de Gijón», señala afectada. Con la colaboración de todos se llegó a destino, con hora y media de retraso. «Yo pensaba que esto a quien se lo cuente no me cree», ironizaba al término de la jornada Cáceres.

A las 20.08 los operarios de Renfe y Adif habían logrado retirar la unidad y reparado la vía. Se reabría el tramo al tráfico ferroviario, aunque para entonces la operadora ya había tenido que llevar en autobuses a los viajeros de otros tres servicios Alvia y un regional con Valladolid.

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Ambas compañías han abierto una investigación. El tramo es objeto de obras de reforma integral para adaptarlo al triple hilo. El último descarrilamiento en la línea fue en enero de 2020, con otro Alvia que circulaba hacia Gijón y se salió al pasar sobre una aguja, en Palencia. El caso sigue siendo objeto de estudio por parte de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios.

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