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En sentido de las agujas del reloj: la psicóloga del Sespa Teresa Bobes; Elisa Seijo, presidenta de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría; el psiquiatra del Sespa Luis Jiménez; y la psicóloga Angélica Rodríguez. E. C.
«Estamos desbordados por el aumento de tentativas de suicidio en adolescentes»

«Estamos desbordados por el aumento de tentativas de suicidio en adolescentes»

Psicólogos y psiquiatras advierten de que «también han crecido exponencialmente las lesiones y los trastornos de la alimentación»

Jueves, 17 de noviembre 2022

«Las cinco camas de la unidad de hospitalización psiquiátrica infanto-juvenil del HUCA están siempre ocupadas, lo que obliga ya a ingresar a los menores con problemas de salud mental graves en áreas como Pediatría. Estamos desbordados por el incremento de tentativas de suicidio en adolescentes y por el aumento exponencial de los trastornos de la alimentación». Teresa Bobes, psicóloga del Sespa y profesora asociada de la Universidad de Oviedo, lanza la voz de alarma sobre la frágil salud mental de niños y adolescentes asturianos, «una situación que se veía venir, porque el caldo de cultivo ya estaba ahí, pero la pandemia ha hecho estallar la bomba. Da miedo comprobar, además, que cada vez son más pequeños. Yesa saturación no es algo que afecte solo a los profesionales de la sanidad pública. Es que los de la privada también están hasta arriba», resume esta psicóloga, que habla de una demanda asistencial «disparada».

Bobes lidera desde el HUCA el proyecto 'Survive', una investigación nacional que buscar reducir las muertes por esta causa entre los menores. Un estudio con 300 jóvenes de todo el país con alguna tentativa a sus espaldas, medio centenar de ellos asturianos. Y, aunque todavía no cuentan con resultados definitivos, apunta hacia algunos factores de riesgo de un problema multicausal. Empezando por «una sociedad fluida, donde ya nada es estable ni ofrece seguridad alguna. Ni siquiera la estructura familiar, que era uno de los refugios tradicionales. Hoy lo que se encuentran, en cambio, son padres y madres que muchas veces no están disponibles porque trabajan mil horas al día o se separan y, de repente, los niños tenían unos hermanos que dejan de serlo. Al final, los más pequeños son un reflejo de cómo está la sociedad. Ylos adultos tampoco es que estemos demasiado bien».

Si a eso se le suma –explica– que «problemas como el acoso siempre han estado ahí, pero ahora su propagación es muchísimo mayor gracias a las redes sociales, la cosa se complica». Todo, mientras que «la niñez se ha acortado y lo que antes veíamos en quinceañeros ahora lo vemos en niños de diez, once, doce años. No solo tentativas de suicidio, sino, por ejemplo, bailes sexualizados u otro tipo de conductas. Todo es muy precoz».

Arenas movedizas en las que niños y adolescentes «se autolesionan o restringen la comida en un intento de controlar» lo incontrolable. Niños que «ya no juegan en la calle porque tienen la agenda llena y su poco tiempo libre se lo dedican a las pantallas», resume esta psicóloga, que denuncia que «han sido los grandes perjudicados de la pandemia»:«Por ejemplo, me indigna que, durante el confinamiento los perros tuviesen más derechos que ellos, que ni siquiera podían salir a pasear. Yasí nos va en una sociedad que da más importancia a los animales que a su propio futuro».

Una opinión que comparte Luis Jiménez, psiquiatra en el centro de salud de La Ería y también profesor asociado de la Universidad, que advierte de que «uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos es que todavía nos faltan datos. Por eso es tan importante el proyecto 'Survive', porque nos proporcionará información sobre los factores de riesgo asociados a las tentativas de suicidio y porque permitirá diseñar un programa de prevención».

Prevención contra el suicidio

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También Angélica Rodríguez, psicóloga con consulta privada en Oviedo, pone el acento en la prevención:«Yo creo que todo parte de la educación, desde pequeños. Si educamos a niños con una gestión emocional adecuada, lograremos una resiliencia y una capacidad de enfrentarse a la vida más fuertes. Porque, además, lo hacen desde edades muy tempranas, y eso asusta mucho». Aunque, en su opinión, «lo cierto es que faltan recursos a todos los niveles»:«Primaria atiende hasta donde puede. Sí que cubre trastornos básicos. Pero, cuando al fin te derivan a salud mental, el problema es que allí te dan cita para dentro de tres o cuatro meses. Yo tengo en la consulta a una persona con ideación autolítica a la que, en septiembre, le dieron cita para diciembre. Y estoy en un grupo de prevención y una colega nos acaba de preguntar cómo podemos proteger a un niño de doce años con ideación autolítica. ¿Quién lo protege?, ¿cómo?, ¿la salud mental pública?, ¿con quince minutos de consulta cada tres meses? El problema no son los profesionales:es el sistema».

Comotampoco ayuda que «ahora los chavales tienen menos tolerancia a la frustración porque se lo damos casi todo hecho. No luchan, no se esfuerzan. Pero no porque no quieran, sino porque la sociedad está establecida así. Lo tienen todo a la mano y lo tienen ya. Les estamos regalando una vida muy fácil».

Elisa Seijo, al frente de la unidad de hospitalización del HUCA y de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría, confirma que «han aumentado las urgencias por ideas autolíticas y las lesiones, estas no necesariamente con finalidad suicida»:«Fueron los grandes olvidados en la pandemia. Como no tenían marco de referencia porque los adultos estábamos muy preocupados (sin empleo, enfermos...), buscaron grupos en las redes de otros que estaban pasándolo igual de mal que ellos. Allí, si uno se hace cortes, el otro se hace cortes. Las redes potenciaron estos comportamientos».

Y, «sin querer cargar las tintas sobre las familias», recuerda que, «por intentar darles lo mejor, a veces puede que nos pasemos con la sobreprotección. Se les permite poco frustrarse. Pero, además, distinguen mal emociones habituales. Por ejemplo, toleran mal la tristeza. Si tú lo dejas con un novio, a lo mejor vas a estar triste. Es normal. Pero ahora, muchas veces, esa tristeza se psiquiatriza».

El HUCA ya ha atendido a un pequeño de diez años por una tentativa de suicidio.

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