Adrián Barbón, en la bancada socialista, respondiendo a las preguntas al presidente. ÁLEX PIÑA

La derecha mantiene el veto a la oficialidad y critica a la izquierda por «alimentar la crispación»

PP y Foro señalan el cambio de postura sobre la llingua de Dolores Carcedo como muestra de que «el lío y el jaleo está en el PSOE»

Ana Moriyón

Gijón

Jueves, 3 de octubre 2024, 02:00

La derecha no cede y mantiene su veto a la oficialidad del asturiano, pero lo hace además con duras críticas a la estrategia llevada ... a cabo por las fuerzas de la izquierda, a las que acusan de «alimentar la crispación» con iniciativas condenas al fracaso. Concretamente, el PP acusó ayer al PSOE, IU-Convocatoria por Asturias y a la diputada del Grupo Mixto Covadonga Tomé de «engañar» a los asturianos impulsando una reforma del Estatuto de Autonomía para abrir el camino a la oficialidad del asturiano sabiendo, de antemano, que se trata de una propuesta fallida, puesto que para que salga adelante se requiere del apoyo de una mayoría reforzada que no existe hoy por hoy en la Junta.

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El presidente de los populares y portavoz del PP en la Junta, Álvaro Queipo, acusó además a los grupos impulsores de esta iniciativa de utilizar temas tan sensibles como el patrimonio lingüístico de los asturianos como «arma arrojadiza» para «crispar y enfangar» y «dividir a los asturianos».

En la misma línea, el secretario general de Foro y portavoz de esta formación en la Junta, Adrián Pumares, fue también muy crítico con el PSOE, IU-Convocatoria por Asturias y la diputada Covadonga Tomé por «entretenerse ahora» con una iniciativa que es la «crónica de una muerte anunciada» ya que es inviable sacarla adelante en esta legislatura sin el apoyo del PP, que ha dejado clara su postura al respecto desde el primer momento. Por eso, Pumares reprochó esta «teatralización de la política», sobre todo después de «haber desaprovechado» desde su punto de vista la pasada legislatura para sacar esta misma reforma adelante, cuando los números sí lo hubieran permitido. Entonces la negociación entre PSOE, IU, Podemos y Foro saltó por los aires sin llegar a debatirse la propuesta en sesión plenaria cuando IU se opuso a hablar de las medidas fiscales que exigía Foro para dar su apoyo a la medida.

Pumares, quien evitó avanzar el sentido de su voto, asumió que en esta ocasión es «absolutamente irrelevante» y aclaró que la decisión corresponde a la dirección de su partido ya que, se comparó con la situación de Covadonga Tomé, «a diferencia de otras personas, yo pertenezco a un partido político que tiene unos órganos de dirección».

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Tanto Álvaro Queipo como Adrián Pumares quisieron hacer además especial hincapié sobre los cambios de postura por parte del PSOE en relación con la oficialidad en los últimos años y ambos se mostraron sorprendidos por que fuera la actual portavoz del grupo socialista, Dolores Carcedo, quien defendiera ahora esta reforma. Recuerdan, no en vano, que durante el Gobierno del socialista Javier Fernández la entonces consejera de Hacienda se manifestó en contra de la oficialidad. «Me pregunto si el PSOE no tiene otra persona a la que enviar a lanzar ese mensaje», ironizó Pumares.

«Cambios de opinión»

Queipo también quiso advertir de que la iniciativa registrada por los grupos parlamentarios del PSOE e IU-Convocatoria por Asturias y la diputada del Grupo Mixto Covadonga Tomé no está tampoco firmada por el presidente de la Junta y diputado socialista Juan Cofiño. «Parece que el jaleo, el lío, la confusión y los cambios de opinión están dentro del seno del PSOE», apostilló el diputado popular, quien también quiso destacar que, frente al discurso mantenido por los socialistas en la pasada legislatura, ya no se habla del término «oficialidad amable» porque «no existe» y el PP «lo ha destapado». Sobre su observación en relación con Juan Cofiño, Queipo recibió respuesta directamente por parte de Adrián Barbón, quien aprovechando las preguntas al presidente aclaró que Cofiño no firma el escrito por su condición de presidente de la Junta, como tampoco lo hacen los también diputados Alejandro Calvo o Gimena Llamedo, por su condición de consejeros, o él mismo, por ser el presidente del Principado.

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Vox, por su parte, volvió a mostrar su rotundo rechazo a la oficialidad y recriminó a los impulsores que estén más preocupados en imponer «una lengua de laboratorio» que en dar soluciones a los problemas que tiene Asturias. «Tenemos una sanidad colapsada, unas infraestructuras deficientes, 2.000 personas mayores esperando en una lista de espera por una plaza de residencia, niños con necesidades educativas especiales que necesitan más docentes y más atención y en eso no se fija la izquierda», se quejó la portavoz del grupo, Carolina López.

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