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A. FUENTE / J. C. ABAD
SAMA / OVIEDO.
Sábado, 26 de septiembre 2020, 01:45
Representantes del comercio ambulante mantuvieron, ayer por la mañana, un encuentro con el concejal de Mercados de Langreo, Javier Barros, para tratar la anulación de los mercadillos semanales a raíz de la alerta naranja decretada en el concejo. «Dejan tiradas a 200 familias de ... la comarca que se dedican a esto. Estamos abandonados, sin poder trabajar y sin ayudas», lamentó Darío Ibaseta, portavoz de este colectivo.
La reunión acabó sin acuerdo entre las partes. «El Ayuntamiento defiende que ha adoptado la misma resolución que San Martín del Rey Aurelio y Laviana; pero en este caso se trata de una mala decisión, porque nuestra labor se realiza al aire libre», aseguró Ibaseta. «Nos quieren 'vender la moto' contándonos que lo hacen por nuestro bien, pero no es verdad. Estamos en una situación límite». El equipo de gobierno langreano está estudiando una solución temporal, que consistiría en realizar mercados más reducidos para poder dar salida a los productos perecederos.
Por otro lado, la actividad hostelera trata de recuperarse en plena alerta naranja. Es el caso de la sidrería Noceda, en pleno centro urbano de Sama. Los empleados del establecimiento se afanaban ayer desde bien temprano para tener todo listo para la reapertura del negocio, que se mantuvo cerrado durante dos semanas. «Me ordenaron estar en cuarentena porque había tenido contacto con una contagiada. Me hicieron la PCR al día siguiente y di negativo, pero aún así tuve que cerrar», lamentaba la propietaria, Carmen Noceda. «Todos los empleados tuvieron que hacerse las pruebas y dieron negativo». Estos quince días con la persiana echada han supuesto «un duro golpe» para ellos y teme que «seguramente en cuatro días vuelva a ocurrir algo similar y tengamos que volver a cerrar», por lo que pide «responsabilidad» para afrontar esta crisis.
«La hostelería está herida de muerte», manifestó, por su parte, el presidente de la junta local de Otea en Oviedo, David González Codón, que instó a las autoridades regionales a «no legislar a golpe de ocurrencia o nerviosismo», porque «eso no ayuda». El hostelero tomó como ejemplo el caso del ocio nocturno. «Está claro que la culpa de los contagios no fue del ocio nocturno cuando vemos que continúa cerrado pero siguen subiendo», dijo González Codón. «No podemos caer en el mismo error de cerrar la hostelería pensando en que eso va a solucionar el problema del virus», sentenció.
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