Voladuras programadas en San Isidro para reducir el riesgo de aludes

Así lo determina el nuevo protocolo de actuación que se ha diseñado para este tipo de casos y con el objetivo de evitar nuevas tragedias, como la del 1 de enero, cuando dos operarios del servicio regional de Carreteras perdieron la vida en este puerto por un alud de grandes dimensiones cuando se encontraban trabajando.La directora general detalló que, hasta que se implementen nuevas estructuras de protección -como viseras antialudes o puentes que sorteen las zonas peligrosas-, se han establecido cuatro situaciones tras un análisis del riesgo.

Hay uno 'bajo' y de 'prealerta', que no prevén restricciones para el usuario, pero en el 'alto' y en el 'muy alto' «se adoptarán ya medidas preventivas». Será en el nivel más inseguro de los estados cuando se recurra a las voladuras controladas.

El Principado ya ha procedido a la contratación de tres expertos nivólogos que van a realizar análisis de campo del estado de los mantos de nieve acumulada para determinar estos estados de alerta. «Decidirán si será necesario desencadenar los aludes o no». Para incorporar el mecanismo de la campana al helicóptero «estamos trabajando en coordinación con el 112 Asturias».

Se trata de un dispositivo clasificado como no-peligroso por las autoridades de navegación aérea. No tiene efectos dinámicos sobre la aeronave. El dispositivo cuelga por una eslinga (una cuerda provista de ganchos para elevar grandes pesos) de entre quince y treinta metros de longitud. Produce una explosión de gas de hidrógeno y oxígeno que no deja residuo alguno. Y un solo pase puede lanzar hasta 65 de disparos.

El sistema incorpora un registro con GPS (de geolocalización por satélite) que permite realizar el seguimiento de las misiones y analizarlas para depurar el mecanismo con vistas al futuro. «Creemos que es la herramienta más adecuada».

María Esther Díaz indicó en sede parlamentaria que su departamento ya dispone de un estudio preliminar -«realizado ladera a ladera»- sobre los riesgos de avalanchas sobre la calzada. «En ese análisis se hace una división por tramos de la carretera para jerarquizarlos en función del nivel de riesgos y se establecen los parámetros posibles de avalancha.

Basándose en ello, se ofrecen una serie de medidas de mitigación y clasifican la calzada entre riesgo 'bajo', 'medio', 'medio-alto' y 'alto.

Curiosamente, el lugar del accidente -el mencionado del día de Año Nuevo, muy próximo al Mirador de Zuvillaga- se califica como 'medio-alto,' pero hay otro punto en el recorrido donde se recomienda la construcción de una visera, ya que cuenta con la catalogación de 'alto'».

Los resultados de este estudio, realizado por los nivólogos contratados, continuaba la responsable regional, se completará con la toma de nuevos datos a lo largo de la campaña de vialidad invernal. «Con esta información, se sacará el proyecto constructivo, en el 2022, de aquellas estructuras que nos permita eliminar el riesgo 'alto' y, en el resto de zonas, se continuará analizando en colaboración con los expertos qué medidas tomar o si será suficiente con la campana».

Tras las críticas de las formaciones de la oposición -que señalaba que no se ha hecho lo necesario para paliar los riesgos de la calzada-, la directora general indicó que se han destinado 1,16 millones de euros para la reposición de la señalización de la carretera, así como de las barreras antialudes dañadas en los últimos temporales. También se ha adquirido una nueva quitanieves (una fresadora).