Los testigos de la tragedia en Pola de Lena: «Nos salvamos por veinte centímetros»

«Estaba en el banquillo del Lenense viendo el partido», decía uno de los jugadores del equipo local. «De repente, nos empiezan a gritar desde el campo: '¡sal, sal, sal! Y salimos todos corriendo al terreno de juego». La gran torre de iluminación, de unos 40 metros de altura, se vino abajo tras ser golpeada por la valla de publicidad, resquebrajada por la acción del viento. «Nos salvamos por veinte centímetros», ya que la estructura metálica quedó a esa distancia completamente retorcida. «En esa zona del campo, apenas hay público, pero sí que había varios niños, de categorías inferiores siguiendo el partido, entre ellos mi hijo. Ellos, nada más se percataron de lo que estaba ocurriendo, pudieron saltar rápidamente y ponerse al salvo. Podría haber sido una desgracia mucho mayor», explicaba este jugador.

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La grada se encuentra en el otro extremo del terreno de juego; en las instalaciones, en el momento del suceso, había unas 250 personas. «Fue terrible ver cómo se veía abajo», señalaban algunos testigos. «El juez de línea se percató de lo que estaba ocurriendo y avisó a la árbitro. Ella empezó a gritar para que todo el mundo saliera de esa zona, pero atrapó a dos de ellos». Después llegaron los nervios. Uno de los afectados fue rescatado consciente bajo la masa metálica. «Pero había uno de ellos que estaba muy mal; fue espeluznante. Dos de los jugadores, un médico y un estudiante de Enfermería le intentaron reanimar hasta que llegaron los servicios sanitarios, que fueron muy rápidos».