Las tareas pendientes del nuevo alcalde de Mieres

Éstas eran declaraciones que hacía Aníbal Vázquez en una entrevista a EL COMERCIO en mayo de 2019, tras vencer esos comicios. Era un mensaje que el alcalde repetía pero que no se quedó solo en palabras; hubo hechos. Y ahí está el cambio urbano de la localidad, como las peatonalizaciones del entorno de la plaza de abastos, los aparcamientos, el gran parque de La Mayacina o la modernización de la flota de la empresa municipal de autobuses, que él se encargó de proteger y salvar de la liquidación. Pero tras su fallecimiento el pasado día 12 -con 68 años-, ha dejado los cimientos para otros proyectos e iniciativas que han quedado pendientes y que le tocará asumir al nuevo regidor, a Manuel Ángel Álvarez, quien siempre estuvo a su lado trabajando, junto al resto de su equipo de ediles, por dejar dibujada la senda a seguir.

Era, en palabras del propio Aníbal Vázquez, el proyecto «más relevante para los próximos años» en el concejo. Peleaba por la creación del centro de innovación sobre materias primas y minería verde en el pozo Figaredo. El regidor criticaba que el municipio llevaba dos años esperando a que el Principado «apueste por esta iniciativa que podría marcar un punto de inflexión en nuestra economía local», y fijó una fecha para su entrada en funcionamiento: «Tiene que estar listo en 2024». Defendía este proyecto como actuación clave para desarrollar la investigación en materias primas «que será decisiva para la industria del futuro, porque es un elemento fundamental para el desarrollo de industrias más sostenibles y la reducción de contaminación y residuos».

Dentro de su preocupación por la regeneración industrial, también se encontraba la constante exigencia a Hunosa -siempre decía que era la mayor terrateniente del municipio- para el desarrollo e impulso de nuevos proyectos industriales en los terrenos en desuso tras el fin de la actividad minera.

Era y sigue siendo una reivindicación del equipo de gobierno de Mieres: habilitar pisos tutelados para la tercera edad en las instalaciones del antiguo colegio La Salle de Turón. En octubre de 2021, el Principado anunciaba su impulso, pero Aníbal Vázquez se acordaba cada dos por tres de esta promesa que veía no acababa de cumplirse. Para el alcalde, el desarrollo de las políticas sociales era una de las asignaturas pendientes, tanto en el avance en el cuidado de las personas mayores, como en la creación de la red de escuelas de 0 a 3 años, y en la construcción de viviendas sociales en alquiler para jóvenes. Quería posicionar a Mieres como «un concejo para vivir», en el que, si bien el trabajo es fundamental también lo es la prestación de este tipo de servicios para la atracción de población y evitar la continua bajaba del censo.

El equipo de gobierno de Aníbal Vázquez supo aprovechar las instalaciones de una antigua explotación minera, como en el pozo Santa Bárbara, para la creación de un epicentro cultural de referencia nacional. Pero el alcalde consideraba que todavía quedaba camino por recorrer. Quería avanzar en la recuperación para dar nuevos usos a las instalaciones de La Rebaldana y reclamaba la protección de otros elementos mineros esparcidos por el concejo. Especial relevancia daba también a la conservación de los elementos mobiliarios de esta industria que, de mano de la asociación Santa Bárbara -de la que él mismo fue presidente antes que alcalde-, defendía recientemente, así como el proyecto para habilitar un tren histórico en el trazado de la antigua Feve entre Baíña y Collanzo (Aller).

Vázquez abanderó una lucha sin cuartel para atraer nuevos grados al campus universitario de Mieres. Una de estas pugnas fue la de Deportes, que no pudo ser. Pero sí que consiguió cimentar en el seno de la Universidad de Oviedo la necesidad de potenciar estas instalaciones con más estudios centrados en las nuevas energías, como legado del carbón del territorio.