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Marta Varela
Campo de Caso.
Lunes, 12 de febrero 2018, 17:52
El entonces presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, había decidido celebrar ese día el Consejo de Gobierno en el Centro de Interpretación de Redes, en Campo de Caso. Era el 17 de marzo de 2005. A su término, el Gobierno regional anunció un proyecto que iba a ser el gran revulsivo del turismo en la comarca del Nalón. Se hablaba por primera vez del Parque de la Fauna de Redes. No se dieron cifras exactas, pero se habló de inversiones cercanas a los diez millones de euros en diversas infraestructuras. Ese parque iba a estar formado por un hospital para curar a todo tipo de animales salvajes que hubiesen resultado heridos y reintroducirlos en la naturaleza; un centro de cría del urogallo que contribuyera a mantener esta subespecie en peligro de extinción y la Casa del Urogallo que, como complemento del anterior, iba a tener una exposición y permitiría ver en tiempo real la cría de urogallos del centro.
A punto de cumplirse trece años de dicho anuncio, la inversión en los tres equipamientos supera los seis millones (contando un sobrecoste cercano al 35%). La más cara fue la del hospital de animales (situado en El Castrín, en Sobrescobio), con 4,5 millones de euros. Y, de todos ellos, el único que sigue en funcionamiento es el centro de cría de urogallos en cautividad. Los otros dos no llegaron nunca a entrar en servicio ni a equiparse. La Casa del Urogallo, de hecho, llegó a inaugurarse vacía. El Parque de la Fauna de Redes funciona a menos del 25% del proyecto inicial.
El centro de cría entró en servicio en 2009. Ubicado en una zona aislada en los bosques cercanos al pueblo de Ladines, en Sobrescobio, se dedica, como se decía, a la cría en cautividad del urogallo cantábrico. Su construcción costó alrededor de 825.000 euros. La naturaleza de los trabajos que lleva a cabo hace imposible las visitas, ya que el urogallo es una especie realmente sensible.
Según el Principado, se ha conseguido que una tercera parte de los huevos se hayan transformado en ejemplares adultos, datos superiores a los registrados en la naturalez, aunque no ha facilitado cifras específicas actualizadas al respecto. Hasta septiembre había veintidós crías de urogallo. Un estudio de la Universidad de Oviedo sostiene que el centro necesitaría contar con un mínimo de entre 70 y 100 ejemplares para conseguir la necesaria diversidad genética que garantice una población cautiva viable y, al parecer, no se ha llegado a esa cifra.
4,5 millones en uno solo
Antes de que este centro empezara a funcionar, comenzó a construirse del hospital de animales salvajes o centro de recuperación de la fauna, el equipamiento más faraónico (4,5 millones), en El Castrín, en Sobrescobio. Es un imponente edificio, de 4.076 metros cuadrados, que está en medio de un monte de castaños. Además, iba a contar con unos cercados exteriores de 6,3 hectáreas de superficie y miradores en las proximidades para que los visitantes pudieran ver a los animales. Esta segunda fase iba a suponer una inversión de 2,5 millones de euros. Nunca llegó a realizarse. La cuantía, de hecho, ha ido menguando y ahora se piensa en invertir menos de un millón de euros en los accesos, equipamientos y un aparcamiento. Aun así, tampoco se ha avanzado al respecto.
Se diseñó con la finalidad de curar a todo tipo de animiales salvajes, heridos, con el objetivo de reintroducirlos en la naturaleza. Pero, hasta la fecha, solo ha servido de forma provisional como parte del proceso de recuperación de dos osas, ‘Lara’ y ‘Molina’, durante cuatro meses.
La Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos mantiene desde hace años su intención de impulsar el centro de cría y de abrir las otras dos instalaciones. Pero esta espera ya ha cansado a los vecinos del concejo de Caso, donde se ubica la Casa del Urogallo, construida en un solar de las viejas escuelas del pueblo de Tarna, derribadas para instalar este moderno centro. «Hartos» de ver cómo el paso del tiempo y la falta total de mantenimiento está causando desperfectos en la instalación y en su entorno, el regidor de Caso, Miguel Ángel Fernández, del PSOE, ha lanzado una propuesta al Ejecutivo regional, tras recordar que han aparecido grietas en algunos muros. Su planteamiento es que el Principado le ceda la instalación. «Ésa es nuestra intención, que nos lo cedan para un uso vecinal y que el pueblo pueda tener un espacio para realizar distintas actividades», indica.
Los tarninos están de acuerdo con la petición de su alcalde y consideran que el espacio debe abrirse a la población del concejo, para lo que primero deberían subsanarse las deficiencias y ser equipado. Por el momento se barajan varios usos: como centro social, sala expositiva... El Consistorio está a la espera de que el Principado dé luz verde para utilizarlo y espera una respuesta en breve.
Pocas esperanzas en futuras aperturas tienen, en cambio, en Izquierda Unida. Esta formación política ha trasladado a la Junta General del Principado su interés por la apertura del Centro de Recuperación de la Fauna, por el hospital, al considerar que «es beneficioso para el concejo», y porque «una inversiòn de 4,5 millones no debe dejar perderse». Pero IU teme que los planes del Princiapdo «sean otros». Así, el concejal de esta formación en Sobrescobio, Alejandro Alonso, apunta que «los últimos trabajos en este centro fueron hace semanas, cuando se colocaron unas rejas en la entrada principal y en el resto de ventanas y puertas». Una actuación que, desde su punto de vista, plasma «su intención de mantenerlo cerrado».
Otros planes olvidados
El Principado adoptó está medida para evitar robos y desperfectos en la instalación después de conocerse que se había sustraído al menos parte de la instalación eléctrica. Con rejas o con los muros dañados, a día de hoy no hay fechas ni planes concretos para la Casa del Urogallo, ni para el Hospital de Animales. Desde el principio, la Casa del Urogallo suscitó la desconfianza de los vecinos. Se tiraron las antiguas escuelas de Tarna y se construyó un edificio con dos partes diáfanas.Su coste: 678.000 euros. Llegó a inaugurarse el 7 de mayo de 2010, vacío y sin suministro eléctrico. Solo había una mesa y una silla. En el acto se explicó que se estaba a la espera de los 258.000 euros de su equipamiento. Nunca llegaron.
Iba a ser el centro de visita para los turistas, se planteó una exposición y se pretendía equipar con varias pantallas en las que se proyectase a tiempo real la cría de los urogallos que se estaría haciendo en el centro de cría. Incluso, el Gobierno regional llegó a anunciar la llegada de los primeros visitantes en junio de 2011 junto con una exposición con ejemplares de esta ave y un documental. Además, se prevía instalar prismáticos fijos para observar el paisaje exterior.
Asimismo, tampoco llegaron a conocerse proyectos reales, ni presupuesto para los otros equipamientos prometidos. De este modo, nada se sabe de la red de seis observatorios de animales o de la granja de cría para razas autóctonas y el albergue que estaba pensado para la localidad casina de El Frieru.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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