El sotrondín de 82 años que participa en el open de crossfit

Alas diez de la mañana, sin faltar de lunes a viernes, Jesús García Cuetos entra en el Gym Linares, en el polígono entreguín de La Central, para entrenar. Tiene 82 años y bajo las órdenes de Fran Linares en la actualidad está participando en el Open mundial de crossfit (una de las disciplinas deportivas más exigentes) en la categoría para mayores de 65 años.

La vinculación de Jesús y el deporte llegó hace algo más de tres años, tras superar un ictus que le dejó prácticamente sin movilidad en las piernas. Lejos de tirar la toalla y de dejarse vencer y animado por su hijo cogió sus muletas y se acercó al gimnasio con el objetivo de recuperar su movilidad. Actualmente ya se maneja mejor con ayuda de sus bastones «para ir seguro», aunque en el gimnasio apenas los utiliza. Llegar hasta donde está fue duro y confiesa que «hay días que no me apetece mucho pero hay que venir».

Inmerso en el open mundial, en el que es el participante con más edad de Europa, y posiblemente del mundo, los sábados por la mañana acude al gimnasio a grabar en vídeo los ejercicios que les indica la organización a todos los competidores. Es su primera participación en una prueba deportiva, y lo hace con todas las ganas del mundo, pero también con toda la humildad posible, consciente de sus limitaciones y de su edad. Jesús nunca está solo; tiene una numerosa afición que no pasa de los treinta años de media y que le anima a completar los ejercicios en el tiempo establecido. Cada sábado sus seguidores acuden al lugar de entrenamiento para animar y aplaudirle. Y poco a poco, a su ritmo, lo va consiguiendo, así lo indica la propia clasificación, en la que va en cuarta posición de España.

Dice que le parece complicado clasificarse para la siguiente fase, sobre todo porque participa en un grupo de edad muy amplio donde la gran mayoría ronda los 65 años y muchos llevan décadas realizando deporte a alto nivel. Pero esto no preocupa a Jesús, ni tampoco a su entrenador, Fran Linares, quien subraya que lo más importante es que «acuda al gimnasio a diario con ilusión y con ganas de superarse». Reconoce que «en ocasiones está cansado, pero sigue adelante. Es un gran ejemplo de superación y es un honor estar a su lado». Entre los dos buscan progresar y afianzar un beneficio físico.

Linares lleva más de dos años dirigiendo los entrenamientos diarios de Jesús, adaptando el exigente mundo del crossfit a sus 82 años, y a una movilidad reducida que poco a poco se va diluyendo. Hace sentadillas, bicicleta, levanta pesas, flexiones en el cajón y otros ejercicios que su entrenador adapta para que los pueda ejecutar dentro de las normas internacionales de esta disciplina deportiva. Si algo tienen claro ambos es que un ictus y muchos años a sus espaldas no van a poder con este minero jubilado de Sotrondio que, animado por su familia y sus compañeros de gimnasio, espera continuar entrenando y disfrutando. «Me gusta venir todos los días por la mañana e ir haciendo lo que me manda Fran, el deporte me mantiene activo, y además disfruto mucho con los ejercicios», explica el octogenario. A su alrededor ve a deportistas de diferentes edades, pero a todos les saca varias décadas, incluso a algunos más de medio siglo, aunque eso no le importa lo más mínimo. Todos le conocen, le saludan con cariño y le respetan, conscientes de que hace a diario al menos una hora de deporte y entrena con ilusión para una competición mundial de crossfit.

Sin embargo ese esfuerzo y constancia que todos reconocen en él no es para el propio sotrondín algo extraordinario. «Yo vengo al gimnasio a hacer deporte para estar un poco mejor y mantenerme sano. Y eso se lo recomiendo a todo el mundo», apostilla mientras pedalea en la bicicleta.

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