Quince kilos de tomate en el río Nalón: «Era una pena dejarlos ahí»

Tomates de toda clase, calabacines y pimientos llevan años proliferando en las márgenes de los ríos asturianos. Surgen de forma esporádica. Hace años que es habitual encontrárselos entre las rocas en varios puntos localizados en los ríos Nalón, Caudal y Morcín.

La explicación de los expertos apunta que las deficiencias en las redes de saneamiento de las poblaciones arrastran semillas de distintas especies consumidas en las viviendas hasta varias zonas de los ríos donde terminan por germinar de forma natural. Las semillas son arrastradas por las aguas y se quedan en las playas de piedras, donde crecen a tenor de las condiciones meteorológicas.

Con las semillas entre las piedras y con el agua asegurada, si el año es muy soleado y sin riadas, como ocurre este, en los pedreros, entre las demás plantas, surge una huerta espontánea. Plantas y frutas que atraen el interés de las personas que pasean o pescan habitualmente por dichos lugares. Resaltan que se pueden localizar distintas variedades, principalmente de tomates, pero también otras frutas como calabazas o calabacines, y verduras como los pimientos.

Nacho Vázquez es vecino de Mieres y pescador habitual en el río Caudal y asegura que «cada año me encuentro con más plantas de tomates que nacen casi entre las rocas, resulta divertido, aunque yo no me comería esos tomates». Sí reconoce que «algunos conocidos los han recogido otros años y los han llevado para casa; y dicen que están muy sabrosos».