El problema del alto consumo de cocaína en el Caudal: «Se asocia a la diversión»

Proyecto Hombre cumple cuatro años en su actual ubicación, la Casa Duró en el barrio de La Villa. Al frente de la entidad en el Caudal se encuentra Andrés Morín junto con la terapeuta Beatriz Gutiérrez y la educadora Blanca Álvarez. Un equipo que sigue trabajando tras la excepcionalidad en la actividad que supuso la crisis sanitaria en 2020 y de la que se van recuperando «poco a poco». La presencialidad regresó al centro de día y, al cierre del ejercicio, son cuarenta los usuarios, lo que ha supuesto una diminución del 20% respecto al año anterior. El motivo principal es que tras el confinamiento de la población hubo muchas personas que se acercaron al centro en busca de apoyo. Pero hay otros, como la reducción de las derivaciones de la Unidad de Tratamiento de Toxicómanos (UTT) o, simplemente, personas que dejan de acudir. No obstante, el responsable se muestra satisfecho con la labor realizada en este último periodo. «No dejamos a nadie atrás».

Morín y su equipo hacen un análisis de la actual situación en el área sanitaria del Caudal en la que actúan y que comprende a los municipios de Mieres, Lena y Aller. Llama la atención, destacan, que el 40% de los usuarios sean mujeres, cuando antes lo tradicional era el 25%. «Las que acuden al centro tienen unos 60 años y problemas en el consumo de alcohol y tranquilizantes». Señalan que Proyecto Hombre ya trabaja en el tratamiento de las adicciones desde la perspectiva de género, ya que ellas acarrean otro tipo de problemas y situaciones que los hombres.

En este caso, la media de edad de los varones se reduce hasta los 47 y aquí se abordan consumos de varias sustancias a la vez, como es el alcohol, la cocaína, la heroína y el cannabis. No obstante, aseguran que no se ha registrado un incremento en los ingresos por consumo de opiáceos: «Hace años que no llega nadie que se inyecta», indican. El problema principal es el consumo de cocaína, «ya que esta sustancia tiene un componente lúdico y se minimiza su enorme riesgo», afirma el director del centro. Hay casos extremos: «Un hombre se gastó en mes y medio unos 30.000 euros». ¿De dónde sale el dinero? «Hay un alto porcentaje de consumidores con importantes jubilaciones».

Morín señala que Proyecto Hombre cuenta con un programa 'libre de drogas' cuyo objetivo es la abstinencia. «Nos encontramos con porcentajes de casi el 70% que lo logran, pero lo fundamental es el plan de reducción del daño, por lo que el objetivo no se centra en finalizar el tratamiento, sino en que el usuario siga vinculado al centro y con el tratamiento. En ocasiones, una ruptura supone un fracaso».

Por otro lado, se ha logrado recuperar este último trimestre del año el programa Reciella. Se centra en la atención de jóvenes y sus familias y ahora cuenta con tres menores. «Hubo demandas y tuvimos que iniciar el plan. El problema es el consumo incipiente de alcohol y cannabis y sus derivados». En 2020 fueron cinco menores y once familias.

Morín quiso destacar el trabajo en red que se está realizando con el área sanitaria del Caudal y con el Ayuntamiento de Mieres y sus servicios sociales. «Se hace una gran labor».

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