La Policía Nacional se acerca a los escolares en Langreo

La primera en saltar al patio ante cientos de escolares fue la perrita Leri, adiestrada para detectar explosivos. Lo iba explicando todo el subinspector Pedro: cómo el can se acercaba a un coche patrulla que servía de prueba, ya que en su interior se hallaba el material que buscaba. Leri olisqueó hasta que se sentó: «Esa es la señal, y no toca nada para evitar que el artefacto detone accidentalmente». Seguidamente, salió el perro Mali, pero esta vez tenía que buscar drogas entre varias mochilas. En este caso, sí que señalaba su objetivo con las patas.

Los agentes de la UIP mostraron todo su equipamiento enfocado para «actuar en los supuestos de prevención y de peligro inminente o de grave alteración de la seguridad ciudadana». Salieron del furgón bien pertrechados y protegidos con escudos y pegaron varios tiros con sus escopetas antidisturbios. Después, arrestaron «a una persona peligrosa» que intentaba huir en un coche.

Los chavales quedaron encantados con los bailes y el desfile con el que comenzaron su exhibición la Unidad de Caballería. Después, ya los vieron actuar de forma conjunta con la UIP: un ladrón se llevaba el bolso de una viandante por el método del tirón, pero rápidamente fue arrestado por los agentes. Para acabar, caballos y jinetes pasaron por un arco de fuego ante el que no se asustaban los animales.

Los escolares también se pudieron acercar para conocer todo el material que se usa para la Seguridad y Protección Aérea con drones y los medios de la Policía Científica. «Es importante acercar la labor policial a los niños. Y se aprovecha el fin de curso y realizar una jornada festiva con el cuerpo, que lo pasen bien y que conozcan cómo es la parte más bonita de nuestro trabajo, que no nos tengan miedo y que acudan a nosotros cuando tengan un problema». El director del colegio, César Álvarez, fue claro: «Les encanta a los escolares».