MARTA VARELA
BLIMEA.
Martes, 28 de diciembre 2021, 00:29
Varios ejemplares de nutria se dejan ver desde hace tiempo en las aguas del río Nalón a su paso por los principales enclaves urbanos del concejo de San Martín de Rey Aurelio. Una buena noticia y una prueba de confirmación de la limpieza y salubridad ... de dichas aguas, ya que este mamífero es muy sensible a la contaminación de los cursos de agua. El primer ejemplar fue avistado por un vecino en el verano de 2018. Una nutria se movía por las aguas a la altura de la antigua gasolinera de El Entrego, pudo ser fotografiada por Alberto Zapico, y aunque algunos aseguran que en 2019 también estaba por al zona, no se dejó ver más. «En esa zona hay muchas ratas y las márgenes están mas sucias por lo que es posible que sea uno de los ejemplares del Trabanquín», apunta César González.
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A día de hoy, la llondria, como se conoce en muchos pueblos asturianos, se deja ver principalmente en la zona entreguina de El Trabanquín, y en Sotrondio entre los puentes que conectan con la barriada de El Serrallo. Más esquivas son las nutrias que algunos vecinos aseguran haber avistado en Blimea, en el entorno del parque de El Florán. En este sentido Ernesto Vázquez apunta que «aquí tienen que luchar más por la comida, ya que es frecuente la presencia de cormoranes». Las nutrias incluyen en su alimentación ejemplares de peces, haciendo una función reguladora ya que depredan los ejemplares más viejos o enfermos.
La presencia de ejemplares es habitual en las localidades de El Entrego y Sotrondio. Para el deleite de vecinos el mustélido recorre a diario tramos del río Nalón en la zona del Trabanquín, donde los vecinos han visto hasta tres ejemplares distintos. Luci Andrés, vecina de El Entrego, asegura que «en la zona del puente es habitual ver a estos animales y en las últimas semanas es normal ver que alguna persona está parada varios minutos hasta que ve a las nutrias».
La otra zona en la que se puede ver a estos animales es, según explican los vecinos, en Sotrondio, donde aseguran que se han juntado hasta cuatro. María José Gutiérrez comentaba ayer que de la que iba a hacer sus compras «me paré unos minutos con la ilusión de poder ver a uno de esos ejemplares, pero no hubo manera. Se asustan mucho, según me dijo mi hijo. En mi casa todos la vieron y muchas vecinas también. Incluso la vieron pescando una trucha».
Mañana esta vecina de Sotrondio promete hacer una parada más larga. El elevado número de ejemplares avistados hace pensar en su expansión en los ríos de las cuencas de donde estuvieron a punto de desaparecer en los años 80.
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