«Los nabos no son cosa para hacer chistes»

Los nabos volvieron a desfilar por las calles de La Foz de Morcín acompañados de más de una treintena de agrupaciones culinarias procedentes de toda la región, España y Portugal y más de 200 personas. Se recuperaba ayer, tras dos años de parón por la pandemia, la celebración en honor a esta hortaliza que organiza la Cofradía de Amigos de los Nabos, cuyo consumo decayó en toda Europa con la llegada de la patata. La iglesia parroquial de la población volvió a ser escenario del nombramiento de los nuevos cuatro cofrades de honor: Francisco Rodríguez García, presidente de Industrias Lácteas Asturianas (Ilas-Reny Picot); Javier Senent García, presidente de Cruz Roja de España; y José Luis Cabo y Fernando Delgado, cronistas oficiales de Riosa y Morcín, respectivamente. «¡Juramos comer nabos a asgaya!», clamaban en el altar y ante el público asistente.

Fueron nombrados por el cofrade mayor, Pepe Sariego, para después pasar por el arco decorado con las hortalizas: «¡Besa el nabo!»; y hacían lo propio cuando bajaba uno gordo atado con un cordel. Así, en cuatro ocasiones. «Yo quiero mucho a este pueblo, ya fui pregonero del certamen del Afuega'l pitu hace unos veinte años», señalaba Francisco Rodríguez. «Aquí tengo muchos amigos», decía el empresario nacido en Cangas de Narcea. «Me gusta mucho el potaje con grelos, que es como llaman los gallegos a los nabos; hay que comerlos, me gustan mucho. Los españoles somos amigos de la cuchara. La cofradía pelea por defender este alimento, como la de mi pueblo, que está aquí, que están logrando que se haga un vino bueno. Y eso hoy ya no se discute».

El presidente de Cruz Roja destacaba que se trata de un «acto culinario que llama la atención, porque es algo muy serio y con mucho sentimiento, y con calidad a la hora de hacer las cosas; con los nabos, pocos chistes». No hubo más que elogios para los organizadores por parte de Senent. «Me siento como en casa, y ese sentimiento lo he tenido siempre en Asturias. Y, desde el punto de vista de Cruz Roja, destacar que se trata de una entidad muy implantada en el Principado, forma parte del paisaje y de la vida de los asturianos». ¿Y sobre el nabo? «Me gusta, lo he tomado en rodajitas crudo, a ver cómo lo cocinan aquí».

«Hoy es un día para celebrar y estoy muy orgulloso de que me hayan nombrado cofrade de honor», apuntaba el cronista del municipio vecino, Riosa. «Siempre he seguido el trabajo de la Cofradía de los Amigos de los Nabos, se ocupa de las viejas tradiciones y soy partidario de que se estudien». Fernando Delgado, por su parte, estaba especialmente satisfecho y emocionado. «Es muy complicado ser profeta en la tierra propia», afirmó.

El cofrade mayor, Pepe Sariego, no podía esconder la sonrisa después de recuperar el Capítulo tras dos años sin celebrarse por la crisis sanitaria. «Por fin», decía. «Ha salido todo perfecto y hay más cofradías que nunca, estamos desbordados». Se trata de un asunto que también trató el alcalde del concejo. «Era algo que ya necesitábamos, poder estar en sociedad y realizar eventos importantes como este en La Foz, todo lo que sea dar vida y dar a conocer el municipio es prioritario», apuntaba Maximino García, 'Mino', alcalde de Morcín.

En el acto también se entregó el premio gastronómico para escuelas de hostelería de Asturias. El galardón se falló en el Instituto Valle de Aller y recayó en la alumna Raquel González Rodríguez, con su plato Brisa asturiana y empanadillas japonesas; se trata de una estudiante del primer curso de ciclo formativo de grado superior de Dirección de Cocina del propio centro allerano, que también ofrece un menú basado en los nabos.

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