El museo del queso de Morcín no convence a los hosteleros

Y no es que hayan faltado facilidades; el Consistorio propuso fórmulas para hacer atractivo el recinto, como un canon casi a cero euros por una serie de años; eso sí, se pedía una inversión para su adaptación. La otra forma, era que el propio Ayuntamiento realizase las obras necesarias para un posterior alquiler también por una temporada fija. «De momento, no ha funcionado, pero no desistimos en lograr dar una función a ese edificio», afirmaba al alcalde.

El recinto ya suma trece años de abandono. Estaba llamado a ser el museo de los quesos de Asturias, en La Foz. Se destinó un millón de euros para rehabilitar las antiguas tolvas del Pozo Monsacro y, a día hoy, sigue sin tener una salida digna. Esa parte hostelera que se quiere explorar se uniría con otras funciones en el resto del inmueble, como un centro de empresas para generar economía y puestos de trabajo en la zona.

El Ayuntamiento sigue confiando en las posibilidades de este inmueble; ya lo adquirió de forma definitiva a Hunosa con un pago a plazos de unos 50.000 euros; las inversiones son constantes para el mantenimiento del edificio y su entorno ante los daños que presenta y su abandono.

Dar contenido al edificio sería la única solución para frenar su constante deterioro. Y es que son muchos los desperfectos que presenta tras más de una década de abandono y de acción de los vándalos y de los ladrones, que aprovecharon, en varias ocasiones, para sacar diverso material de su interior.

Hace más de dos años se llevaron el cableado y los cuadros eléctricos, todo ello valorado en unos 50.000 euros. El equipo de gobierno carece de una estimación de la inversión que requeriría una readecuación.

Han sido ya varias las ideas que han sobrevolado estas antiguas tolvas recuperadas con fondos mineros; además del propio museo -para que se pidió colaboración de las empresas del sector sin obtener respuesta alguna- se habló de un hotel de asociaciones, un espacio polivalente para dar cabida a las actividades de la población o usar parte de la superficie para la actual colección del museo de la lechería que se encuentra en La Foz. A pesar de las ideas y las propuestas, el recinto sigue vacío en busca de un uso para aprovechar la inversión realizada y recuperar actividad.