'La muerte silenciada', las cuencas mineras alzan la voz contra el suicidio

Sobre este fenómeno quiere proponer una reflexión Daniel Lovi, fotógrafo y videógrafo. Lo hará través de una muestra de una treintena de fotografías que se exponen hasta el 27 de este mes en Mieres Centru Cultural. También ultima un documental que se estrenará más adelante. «Se trata de un proyecto para analizar este problema en las comarcas mineras». Un trabajo que lleva desarrollando desde el verano de 2020, «con una investigación de varios meses, recogida de testimonios y construyendo una narrativa con las imágenes y el documental».

¿Qué es lo que se muestra? Gente joven que pasa el rato en escenarios comunes, imágenes en las que aparece la vida íntima de personas de las que el autor ha hecho el seguimiento en poblaciones como El Entrego, Moreda o Mieres, entre otras. «Se ve el exceso de la medicalización que hay en nuestra sociedad, medicamentos que se les hace tomar sin terapias alternativas». Y personas que han pasado por intentos, que han perdido gente de su entorno y también de profesionales con lo que se sustenta toda la base de documentación del trabajo. Todo ello tiene un objetivo: «Pretendo mostrar el problema existente, cualquier conflicto no se soluciona no hablando de ello, hay que tratarlo de forma adecuada, hay que ponerlo sobre la mesa». Pero también el autor quiere generar un debate sobre el asunto; «tiene que dejar de ser un tabú, porque esto va en ascenso». La muerte por suicidio suele responder a múltiples factores. Los motivos personales como la ruptura de los vínculos cercanos no siempre son determinantes, «pero en un territorio con una tradición poco comunicativa a la hora de expresar la intimidad, los sentimientos o los problemas, consigue que tenga un grado de influencia importante», señala el autor. «El fin de la actividad minera proporciona un contexto social sobre el que actúa una serie de factores tales como el alto porcentaje de consumo de alcohol, psicofármacos y otras drogas, que sumado a la ausencia de una economía sostenible, conforma una degradación de la identidad de este territorio, al igual que el progresivo declive poblacional».

San Martín del Rey Aurelio, Mieres y Langreo cuentan con la mayor tasa de paro de la región, cerca del 20%. Esta situación lleva manteniéndose durante años tras el cierre de la minería (en la actualidad solo permanece abierto el pozo San Nicolás), y que ha llegado a alcanzar cotas en torno al 25% de desempleo. Parte importante de la población joven decide emigrar a otras zonas, con el consiguiente declive poblacional, «lo que contribuye al sentimiento de abandono y soledad», incide el autor.