Morcín y el SOMA piden apoyo para la fábrica de mascarillas

Por eso, junto con el sindicato SOMA-Fitag-UGT, se reclamó ayer que tanto el Principado como los municipios -a través de la Federación Asturiana de Concejos, Facc- apoyen «este tipo de industrias cercanas y que generan empleo en la región». De treinta empleados iniciales en la planta solo quedan hoy siete. «No se trata de incumplir la ley de contratos públicos, se trata de incluir en los pliegos factores que no tengan que ver tan solo con el precio», apuntaba el secretario del sindicato minero en el Caudal, Fernando Menéndez.

El representante sindical señalaba que hay otras regiones, como el País Vasco, que tienen en cuenta cuestiones como que las fábricas cumplan con los estatutos internacionales del trabajo o con la huella de carbono que deja tanto su producción como su transporte desde Asia. «En España no se puede fabricar por menos de seis céntimos por mascarilla, en el sudeste asiático lo hacen por uno, pero sin saber en qué condiciones laborales», añadía.

El propio Paniceres, en el citado acto de inauguración ya pedía apoyo público para que sean las propias administraciones las que no tengan en cuenta solo el precio del producto; argumentaba que la Ley de Contratos del Estado lo permite, y así ya se había trasladado a los grupos parlamentarios en la Junta; «que nos ayuden a mantener esta fábrica en Asturias y a generar empleo», decía entonces.