El mierense que mató de 25 puñaladas a su yerno en 2019 será juzgado por asesinato

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita 22 años de prisión y 10 de libertad vigilada para el acusado de asesinar de 25 puñaladas a su yerno, Luis Salazar, del que su hija se estaba divorciando, porque no quería que su nieto de 2 años, hijo de la pareja, pasara el fin de semana con él, tal y como había establecido el Juzgado tras el proceso de separación. El fiscal también pide una indemnización al hijo del fallecido de 200.000 euros y a cada uno de los diez hermanos de Salazar, con 25.000 euros.

El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado decidió terminar con la vida de su yerno, con el que su hija se encontraba en trámites de divorcio y a sabiendas de la mala relación que existía entre ambos. El acusado tomó esta determinación para intentar impedir que la víctima pasara el fin de semana con el hijo de la pareja, de 2 años, tal y como había establecido el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Mieres, que atribuyó la guarda y custodia del menor a la madre y el derecho de visita del padre los fines de semana alternos de cada mes, con pernocta desde el viernes por la tarde hasta el lunes por la mañana.

Ante la idea de que la víctima pudiera hacer uso de este derecho de visitas por primera vez ese mismo fin de semana, el acusado decidió matarlo.

Así, minutos antes de las ocho de la mañana del martes 12 de noviembre de 2019, el acusado se dirigió al domicilio de la víctima, en Mieres, y llamó al telefonillo. Luis Salazar le abrió la puerta y, ya en la vivienda, le invitó a charlar en la cocina. De forma absolutamente sorpresiva, sin que mediara palabra alguna el acusado sacó de entre su ropa un arma blanca, tipo cuchillo o machete, con una hoja de gran tamaño, y se lo clavó en el abdomen con gran violencia y brutalmente, en la muñeca.

La investigación refleja que la víctima intentó defenderse sin éxito durante los pocos segundos que consiguió mantenerse en pie y cayó tendido en el suelo. Entonces, el acusado, valiéndose del mismo cuchillo y aprovechando que su yerno ya no podía repeler sus ataques, le propinó numerosos cortes tanto en la cabeza, como en el cuello, utilizando el arma no solo para acuchillarlo, sino también para golpearlo. Según la investigación, llegó a propinarle hasta 25 puñaladas. Tras la brutal agresión, el acusado salió de la casa, llevándose consigo el arma homicida, que ocultó y que nunca fue localizada.

Salazar falleció sobre las ocho de la mañana del 12 de noviembre de 2019. A las nueve menos veinticinco de la mañana, el acusado acudió a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Mieres y allí reconoció al agente de la puerta que «creía» que acababa de matar a su yerno, «pinchándolo en la barriga».