M. V.
Lunes, 29 de agosto 2022, 01:17
Los ganaderos del monte Llosorio no pueden más. Continúan sumando reses muertas. Desde ayer deben afrontar un nuevo ataque del lobo en la zona de la Yalga. El resultado: un potro devorado casi por completo. La desesperación de los ganaderos de Mieres, Riosa y Morcín va en aumento. «En el consejería se están burlando de nosotros, necesitamos de inmediato un mayor control del lobo para que pueda ser compatible con la actividad ganadera», afirman. Las principales víctimas del cánido son los animales de menor tamaño, y el pago por estos animales «tarda en llegar. En muchas ocasiones, más de un año y se paga por debajo del valor», remarcan desde la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall). La culpa «no es del lobo, sino de la gestión del Principado que es incapaz de controlarlos», añaden.
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