El lobo desmorona el sueño de los jóvenes ganaderos de Morcín

En unas semanas estos ganaderos deben subir sus reses al monte. «Somos conscientes de que perderemos algunas cabezas por el ataque de los lobos que pueblan cada día en mayor número esos montes donde desde hace siglo pastas las vacas», expresaba ayer David Álvarez, de 23 años, y parte de la ganadería Los Llanos.

Es uno de los jóvenes ganaderos de este municipio que trabajan por la supervivencia del sector. «En Morcín tenemos mucha suerte, hay cerca de una veintena de ganaderos con menos de treinta años que luchan por este trabajo, pero también lidian con trabas que no debían soportar como los ataques de lobos y osos», puntualizaba el alcalde morciniego Maximino García durante el transcurso ayer del XIII Certamen local de Ganado Vacuno de Morcín.

Desde este concejo de la cuenca del Caudal los ganaderos jóvenes trabajan para confirmar el relevo generacional en el sector ganadero local. En este sentido Álvarez remarcó que «tenemos muy pocas facilidades por lo que vivir de la ganadería es complicado; lo peor que tenemos es el lobo que descontrola el ganado y nos crujen. Los ataques no cesan tienen que controlarlo, no pedimos que se exterminen, sólo necesitamos poder convivir con ellos».

Defendiendo su trabajo como ganadera, Vanesa García manifestaba que «lo tenemos muy complicado, intentamos cuidar el mundo rural asturiano y parece que los ganaderos somos los malos cuando sólo pedimos que haya un control sobre la fauna salvaje que nos permita ver más claro nuestro futuro. Las continuas trabas con las que nos encontramos terminan por desilusionarnos». En esta misma línea, otro de los jóvenes ganaderos morciniegos, David, explicaba que «cada vez hay más lobos, y las muertes de los animales no están bien pagadas. No es fácil sacar adelante una ganadería».

Y como pronosticaba el regidor una gran parte de los premios fueron para los animales de las ganaderías regentadas por los jóvenes del municipio: «Seguimos teniendo ganaderos mayores que tienen la ganadería pero no como actividad única, pero son los jóvenes son los que más luchan y los que intentan tener su futuro en este sector». Algunos reconocen que ya han perdido esta lucha; «antes teníamos varias ganaderías de cabrio pero han desistido. La gran proliferación de lobos las han mermado hasta hacer desistir a los ganaderos cuando tenemos una zona de peña ideal para este tipo de ganadería. Sin un control del lobo y el oso la supervivencia de la ganadería es complicada».