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M. VARELA
LANGREO.
Jueves, 26 de enero 2023, 01:22
Incertidumbre. El Ayuntamiento de Langreo desconoce los planes que Iberdrola asegura tener para las 17 hectáreas que posee en el entorno de la antigua fábrica de Nitrastur. Ayer representantes municipales acompañados por técnicos de la eléctrica visitaron las primeras cuatro hectáreas que han sido descontaminadas, ... para acabar con la presencia de elementos contaminantes de la antigua química.
Iberdrola está pendiente de un documento de cuantificación de riesgo, que de ser favorable «los descatalogaría como contaminados», liberando el terreno para futuros usos, explicó al regidora langreana, Carmen Arbesú, tras la visita.
Finalizada la descontaminación de esta primera parte el siguiente paso debería ser «la aprobación de un plan de especial en el que se conocería el futuro uso de los terrenos; con estas cuatro hectáreas descontaminadas finalizaría el compromiso de Iberdrola», apostillaba la regidora. Compromiso que no parece suficiente para los intereses langreano, ya que su alcaldesa puntualizaba que desde el Ayuntamiento «vamos a seguir tirando para que el compromiso sea mayor».
El anuncio de que se iba a acometer la limpieza llegó a finales de 2021. Se planificó en tres fases y el objetivo final es «favorecer la instalación de empresas en Langreo».
La primera ha concluido y ha supuesto además el derribo de la nave de abonos ternarios del complejo industrial. No se descarta que en fechas próximas haya que derribar otra nave debido a su pésimo estado. El coste de esta primera fase se elevó hasta los 500.000 euros. La empresa Nitrastur cesó su actividad industrial en Langreo en 1997. La factoría ocupaba una superficie de 170.000 metros cuadrados que, en la actualidad, están contaminados, muy cerca de la población, con materiales como plomo, arsénico y mercurio. Ese 'legado' lo recibió la compañía eléctrica Iberdrola al adquirir los terrenos que utilizó como complemento de la térmica de Lada. Fue en 2001. Un 40% de los terrenos estaban contaminados y la compra costó algo más de dos millones de euros. De estas 17 hectáreas doce son propiedad de Iberdrola y el resto de la empresa Regisa (Recreativos de Gijón S. A.) y de pequeños propietarios.
Los primeras aclaraciones de la eléctrica sobre el futuro de estos terrenos desgranaban la posibilidad de ejecutar un plan especial para el desarrollo de la parcela, en el que se proponía que un 60% fuese destinado a uso residencial y el otro 40% a otras actividades, con cabida para empresas sostenibles.
La compañía se encuentra también inmersa en el proceso para desmantelar la térmica de Lada. La empresa ha iniciado el derribo de sus instalaciones, comenzando por los silos y el parque de carbones. Sobre uno de los elementos más visibles de la central, la chimenea de 170 metros de altura, ya se informó de que se hará progresivamente, mediante cortes desde la parte de arriba hacia abajo, sin realizar voladuras, como en otras centrales, como en la de Velilla del Río Carrión, en Palencia.
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