«Creí que me iba a disparar, me entró pánico y le di con lo que tenía en la mano, una hoz»

El abogado negó que el miedo por el arma fuera una artimaña pergeñada por el acusado como argumento para su defensa. «No pido un acto de fe y que crean a mi patrocinado, pero es imposible, y así lo recogen los testimonios de los agentes, que se inventase el mismo día de la trifulca y en estado de nerviosismo que el otro portaba una pistola simplemente por el hecho de que sabía que era poseedor de una», algo que sabía de su época como amigos. De forma subsidiaria, admite un delito de lesiones involuntarias, que con las atenuantes presentados podría quedar en una pena de unos seis meses de prisión. José Manuel Fernández, por su parte, está acusado de provocar lesiones, en su caso, al exconcejal en brazo y antebrazos. Este último indicó que fue atacado con un palo antes del supuesto incidente con la pistola.

Una versión completamente opuesta a la expresada por José Manuel Fernández. «Fui a mi finca, a mi manera. Empezó a insultarme porque decía que le estaba sacando fotos, y no era así, estaba respondiendo a un mensaje del móvil. Llegó hasta mí, saltó unas zarzas -por eso los daños en los brazos, apunta- y di un paso atrás, pero se me enganchó un pie y caí al suelo de espaldas». Fue en ese momento, explicaba, cuando el entonces todavía edil le golpeó con el mango de la hoz en la cabeza y «perdí el conocimiento; ya no puedo contar más hasta que me desperté lleno de sangre. No me di cuenta de que había perdido dos dedos hasta que llegué a casa».

Los agentes aseguraron que cuando llegaron a casa del herido, estaba sin la chaqueta y que no había arma alguna. Fue al día siguiente cuando fue confiscada. «La pudo guardar tras la pelea», apuntaba al respecto del letrado del exedil. El forense, por su parte, indicó que las heridas del atacante eran incompatibles con golpes de un palo.

La Fiscalía reclama, además de la pena de cárcel para Ángel Fernández, una indemnización de unos 10.000 euros que la parte particular, representada por la abogada Patricia Tartiere, eleva a 31.000. Para el otro acusado, quien perdió dos dedos, se reclama una multa de un mes, con cuota diaria de 8 euros y la responsabilidad personal subsidiaria legalmente prevista para caso de insolvencia.