«Mis inquilinos me están arruinando con sus impagos»

«No puedo más, cada mes tengo que aportar un dinero que no tengo. He puesto una denuncia y confío en que todo se arregle porque no puedo seguir así». Son las palabras desesperadas de Ana Beatriz Montes, una langreana que lleva más de un año sin que los inquilinos de dos pisos que tiene en régimen de alquiler le abonen las cuotas correspondientes, tanto del propio alquiler como los gastos que generan en luz y agua. Desbordada, ha interpuesto una denuncia ante la Policía Nacional para solucionar el problema. «Me están llevando a la ruina con sus impagos».

Montes pide que se abra un expediente y que la justicia que actúe con celeridad. Junto a su pareja regenta una empresa ligada a la hostelería, «los ingresos nos han bajado más de 60% y encima tengo que pagar las facturas de mis inquilinos, ya no tenemos ahorros, y tengo un hijo enfermo al que cuidar que genera gastos importantes». «En casa limitamos mucho nuestros gastos para no dejar a deber las facturas de los pisos que están en alquiler y que en lugar de ayudarnos en este momento tan difícil, nos están complicando nuestro día a día», prosigue.

Los dos pisos están ubicados en el distrito langreano de La Felguera. «En uno de los casos no me paga desde mediados de 2019», comenta. El otro esta en una situación similar: «Me dijeron que iban a hacer reformas y que lo que gastaban me lo descontaban del alquiler. No he visto nada, ni alquiler, ni facturas de los materiales de la reforma».

Esta langreana asegura que lo ha intentado «todo» con estos inquilinos que, según sus apreciaciones, «se comportan como okupas». Su última opción ha sido denunciarlos para que se vayan de los domicilios. «Hay meses que se me acumulan facturas de agua y luz que alcanzan los 500 euros entre los dos pisos que están alquilados. Si sumo los gastos de mi casa no me da el dinero», reflexiona.

A día de hoy su mayor temor es que haya un mes en que ella no pueda afrontar todas las facturas «y sea yo la morosa, cuando los que no pagan son ellos». «Si se trata de familias con problemas graves económicos, hay que buscar soluciones, pero no es el caso. Somos nosotros los que nos privamos de cosas para tenerlo todo al día».

Con los contratos de alquiler, los avisos y las facturas que no le han abonado, ha perdido la paciencia y solo confía en la justicia «para acabar con esta situación que nos trae de cabeza». «He perdido la confianza en la gente y se me quitan las ganas de alquilar los pisos. Solo espero que todo se solucione lo antes posible», apostilla.