El futuro alcalde de Riosa, Roberto Álvarez, en una terraza hostelera de La Ará. PABLO NOSTI
Roberto Álvarez Fernández, próximo alcalde de Riosa (PSOE)

«La gestión de los últimos ocho años ha sido catastrófica, IU nos deja una deuda terrible»

«Voy a devolver la normalidad democrática que el concejo ha perdido y a rebajar la actual tensión política, que es irrespirable»

Jueves, 8 de junio 2023, 00:32

La entrevista se realiza en la terraza de una cafetería en La Ará. Roberto Álvarez Fernández (La Marina, 1962) es saludado constantemente por sus vecinos. «¡Alcalde! ¡Enhorabuena!». Todavía no es el regidor de Riosa pero lo será tras la constitución de la Corporación el próximo ... sábado 17. Y es que su candidatura, la del PSOE -formación en el que lleva militando tres décadas-, sumó seis ediles en un Ayuntamiento de nueve; partiendo, en este último mandato, desde la oposición. Durante los últimos ocho años ha gobernado Izquierda Unida.

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-Todo un vuelco electoral.

-Sorprendente. Sí es cierto que esperábamos ganar porque lo notábamos en la calle. Se nos trasladaba la decepción de los vecinos con la alcaldesa -Ana Díaz-. Pero no por tanto, la verdad.

-¿Da vértigo que se haya generado tanta expectación?

-Partimos de nuestro programa, que ha nacido teniendo los pies en el suelo. Por eso, considero que esas expectativas van a estar en función de lo que podamos hacer. La deuda del Ayuntamiento es abultada. No tenemos el dato concreto, por eso vamos a realizar una auditoría de las cuentas municipales para informar a los vecinos. Creemos que asciende a un millón de euros, una cifra que es una brutalidad para un concejo como el nuestro, con una población de unos 1.800 habitantes. Es la situación a la que nos vamos a tener que enfrentar. Pero no me da miedo, actuaremos de la mejor manera posible explicando a los vecinos lo que hay.

-Usted fue concejal con José Antonio Muñiz desde 1991 hasta 2007. IU se quejó siempre de la herencia recibida.

-(Ríe). Lo más lejos de la realidad. El pueblo fue evolucionando con el PSOE, como lo hizo toda Asturias.

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-IU justificó el incremento de tasas e impuestos a la gestión socialista previa.

-La alcaldesa, cuando entró en el Ayuntamiento, se encontró con un superávit de unos 150.000 euros. Y en ocho años ha disparado la deuda. La gestión de lo económico que ha hecho ha sido catastrófica. Como consecuencia de la deuda se ha tenido que presentar un plan de ajuste que ha implicado una subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del 83% y de la 'viñeta' -el de Circulación- del 73%.

-¿Va a cobrar del Ayuntamiento?

-No, estoy jubilado de la minería, trabajé en el Monsacro.

-¿Ya tiene pensado el equipo de gobierno?

-Lo estamos ultimando.

-¿Cómo prevé que sea el traspaso de poder?

-¡Uf! Para ponerle en contexto, tengo que decir que, por ejemplo, nadie me felicitó por el resultado electoral. La relación con IU es bastante mala, sobre todo, en los últimos cuatro años. Ha sido un periodo de mucha tensión y muy complicado. Auguro que no habrá un traspaso fácil.

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-Es que llevaron a los tribunales a la alcaldesa.

-Ella lo hizo primero, ella nos abrió las puertas de los juzgados. Denunció a Muñiz, cuando dejó de ser alcalde, por no subir al agua a los vecinos y por hacer una intervención en Texeo estando los terrenos muy contaminados, aunque parece ser que ya no lo están tanto. Fue una decisión personal de Ana (la todavía alcaldesa). Y la demanda fue archivada rápidamente. La nuestra contra ella sigue viva, eso es que algo han visto. Se la llevó ante los tribunales por tres presunto delitos, prevaricación, malversación y falsedad documental.

-Hubo mucha tensión en este último mandato.

-Ha sido terrible. Nuestra actual portavoz en el Ayuntamiento, Ana García, lo ha pasado realmente mal, ha sufrido mucho, hasta vejaciones; tenía que esperar por informes a cuyo acceso tiene derecho por su condición de concejal, como representante de los vecinos, durante más de dos horas en las escaleras de la Casa Consistorial. La expulsaban de los plenos por defender a la ciudadanía. Lo ha pasado muy mal.

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-¿Va a intentar encauzar esta situación, rebajar la crispación?

-Yo voy a hacer un llamamiento a la concordia. Yo fui concejal durante quince años y nunca hubo esta tensión política que, además, se traslada a la calle. Vamos a intentar encauzar la situación y devolver al pueblo una normalidad democrática que se ha perdido. Los plenos se convocaban cada tres meses, y se evitaban las sesiones presenciales. Era todo irrespirable.

-¿Cuál es su prioridad de gobierno, aparte de reducir la deuda?

-Hay que mantener los servicios públicos, eso es esencial. También queremos mejorar la carretera hacia Pola de Lena. Y potenciar el turismo aprovechando el tirón que tiene L'Angliru. Es algo que ha creado una marca propia.

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-El problema es todavía la falta de alternativa a la minería.

-Es que no tenemos superficie para poder desarrollar un polígono industrial. Pero esperamos que se desarrolle el futuro centro tecnológico en el pozo Monsacro en Morcín. Somos concejos vecinos y tenemos que entendernos.

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