Secciones
Servicios
Destacamos
El cielo como techo. Así han dejado las llamas la vivienda de un matrimonio de Blimea que desde primeros de año habían decidido establecerse en la casa que habían estado reparando durante varios meses en la zona rural de la Biomba. Las llamas, que con casi seguridad se iniciaron en la chimenea, devoraron la techumbre, que finalmente se derrumbó sobre la mayoría de las estancias del primer piso de la vivienda.
El suceso se originó aproximadamente hacia las once y media de la noche del lunes. M. F., propietario de la vivienda, relata que «nos habíamos ido a la cama minutos antes y comenzamos a escuchar un restallido en la pared de la habitación, me levante y vi una grieta. Y al tocarla estaba muy caliente».
Conocedor que por ahí pasaba el tubo de la chimenea, situada en la parte baja de la casa, encendido para soportar el frío de la noche «decidí subir al desván y nada más abrir la puerta todo estaba lleno de humo. Vi las llamas, llamé a mi mujer para salir con rapidez de la casa y llamamos al 112». «Salimos a la calle en pijama y zapatillas. Como pudimos», explica mientras observa y sigue limpiando los restos del tejado dentro de la casa. Tuvieron que esperar, ya en la calle y observando cómo las llamas crecían por su tejado, unos diez minutos a los bomberos ya que el acceso a esta zona rural es complicado. Las llamas se podían ver desde gran parte de la localidad de Blimea.
«Nos parecieron eternos esos minutos y eso que no nos dejaron solos en ningún momento desde el teléfono. Y los vecinos llegaron rápido a apoyarnos». Los bomberos actuaron con rapidez, accediendo a la vivienda desde el propio tejado y evitando que las llamas se propagasen a las casas colindantes. Finalmente dieron por controlado el incendio en torno a las dos de la madrugada. El fuego calcinó el tejado, que terminó por derrumbarse, afectando a toda la vivienda. Los bomberos, tras extinguir el incendio, realizaron labores de vigilancia a lo largo de la mañana.
Con el miedo en el cuerpo, y tras una noche sin poder dormir, en la mañana de ayer los dueños apoyados por familiares comenzaban a limpiar la vivienda y a «ver cómo podemos reparar el tejado, ya que viviendo aquí somos muy felices». Horas intensas de fregona en mano para una lucha desigual contra el hollín, que llenó todas las estancias y cubrió los enseres de la casa. Todo, bajo un olor a humo que inundaba tanto la casa como sus aledaños.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.