El desmantelamiento de Lada-Velilla dará comienzo en la primavera de 2023

Las torres de lo que iba a ser la línea de alta tensión entre las térmicas de Lada, en Langreo, y Velilla del Río Carrión, en la provincia de Palencia, se van a desmantelar a partir de la primavera-verano de 2023. Es la información que trasladó ayer el vicepresidente del Principado y consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, en sede parlamentaria. El plazo tiene una explicación: hay que hacer un estudio de impacto ambiental y el proyecto técnico. «Ambos documentos se están sustanciando». El plazo de ejecución de la obra será de seis meses.

El responsable regional daba así respuesta a una pregunta de Izquierda Unida. «Algunas torres llevan instaladas 37 años y no llevan a parte alguna», se quejó el coordinador general de la formación, Ovidio Zapico. «Vamos a estar muy pendientes de que se cumpla esa fecha para que no haya más retrasos, porque que ya está bien con esta situación».

Zapico apuntó a que se trata de una línea que nunca llegó a funcionar pero que supuso un enorme impacto medioambiental en una zona como el Parque Natural de Redes. Calificó la noticia avanzada por Cofiño como «agridulce», porque se plantea el desmantelamiento «con un calendario, por primera vez, con una fecha marcada, pero para cuyo inicio se fía para dentro de año y medio». En cualquier caso, como ya había reivindicado la pasada semana en Tarna, el coordinador general de IU reclamó que las obras de desmantelamiento se inicien por la última torre del tendido, continuado los trabajo desde allí hacia el valle.

El diputado mostró su preocupación por los riesgos de este tendido de alta tensión con los riesgos por la climatología que se ciernen sobre unas torres y unas líneas en las que durante 35 años no se ha hecho ni un solo trabajo de mantenimiento. «Lada-Velilla, el ejemplo de la falta de planificación energética en Asturias; fue un despropósito en cuanto a la ausencia de previsión».

El proyecto de la línea de alta tensión se planteó para evacuar la energía excedente de la región. El tendido iba a tener una longitud de más de 120 kilómetros y atravesaría casi una veintena de municipios de Asturias, León y Palencia. Se instalaron 80 torres. El coste fue de 40 millones de euros. El plan recibió, desde el principio, un profundo rechazo ciudadano.

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