El desarrollo contra reloj del plan para el pozo Monsacro: «Hay demanda empresarial»

Hay ya una sociedad de Riosa que se muestra interesada en desarrollar una planta de biomasa -aprovechando la materia prima de la zona- para comercializar combustible a la térmica de La Pereda, una vez la hullera pública culmine su transformación para dejar de quemar carbón. «Ya hay solicitud para instalarse en el Monsacro», destacó Mino. Se prevé que este proyecto, el de la central, considerado esencial para la propia supervivencia de Hunosa, esté culminado en 2025; las previsiones es que los trabajos se liciten en breve para poder iniciarlos en otoño del 2023.

Pero quedaría más espacio. Y es que el planeamiento urbanístico para el pozo Monsacro propone un aprovechamiento de unos 40.000 metros cuadrados en una parcela de más de 101.000. Una de las intenciones del Ayuntamiento es que Cogersa -el Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias- adquiera una de las fincas para la creación de un punto limpio que ofrezca servicio al propio municipio, Riosa y al concejo vecino de Ribera de Arriba. «Pero el consorcio se encuentra ya buscando superficie para su implantación en la zona, a ver si da tiempo para que se pueda ejecutar en la nueva área industrial, en el 2023», señalaba al regidor. Y todavía habría espacio para más iniciativas empresariales.

En planeamiento urbanístico contempla también una cesión de una parcela al Ayuntamiento, que sería la más cercana a las antiguas tolvas del Monsacro, donde se desarrollaron los trabajos para la transformación del fallido museo de los quesos. El equipo de gobierno local quiere relanzar el aprovechamiento de este recinto para lo que ya presentó un proyecto, dentro de la convocatoria de fondos europeos (en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia), para dinamizar el inmueble.

La inversión prevista asciende a 1,5 millones de euros, pero se trata de una concurrencia competitiva. «Comienza la cuenta atrás para saber si nos aprueban esta iniciativa». Se quiere dedicar la planta superior para habilitar una sala polivalente como sala de cultura; en la parte intermedia no se renuncia a que sea la del museo y la planta inferior se puede destinar a restauración, formación o 'coworking'.